Es hora de pasarlo bien, como si fuera una orden,
aunque nadie sabe exactamente en que consiste.
Pero entonces, si lo pasamos bien, cuándo podemos ser atravesados por el pasado
o la melancolía,
por la conmoción de lo sublime,
o la soledad,
por el aliento de la muerte.
Los muertos son los únicos que no ríen,
pero tampoco lloran.
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