jueves, 13 de julio de 2017

Eres como un asperger invertido

Todo lo que te ocurre es porque es porque tienes el cerebro lleno de espejos,
de células que no cesan de mirarse en el otro.

Te duele el cuerpo.

Es cierto que estuviste toda la tarde descargando camiones,
que la noche no te dejó dormir,
que tu cuaderno continúa en blanco desde hace tiempo,
ni un sola letra.
Te ganas la vida honradamente, haciendo el canelo.

Si Moloch te mira, te aproximas a él, para que te apuñale en el pecho.

Miras a los que caen del edificio más alto, con cierta envidia.
Se engoma el suelo de tartán para evitar los muertos.
De nada sirve.

Dios no existe.
Te acercas al capataz. Le adviertes. Te despide.

Tú también la verás, lo sabes.
E inicias como el resto de tu propio cuerpo, la deriva entrópica.







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