Yo estuve con ella, la he tocado, existe.
No es fruto de la imaginación del suicida.
Escuchadme, ella se encuentra en los límites de la ciudad.
Me ha hecho la promesa, a mí,
de que la existencia puede volver a ser poética.
Hasta hoy, hemos estados solos,
cayendo en la entropía desesperadamente.
¿Cuando fue nuestra última palabra?
Lancemos las botellas de Amaretto contra la puertas de la ciudad.
Ella quiere pasar,
y nosotros, la estamos esperado.
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