¡Atención, atención!
¡Estamos en contra de Ella!
Aunque una vez, es cierto, sentí su mano en mi mano.
Mi boca en su boca.
Es preciso decirlo:
No existe.
Aléjense de Ella.
Al caminar, su paso fractura el país, dejando un surco enorme:
El Abismo.
Aunque tiene otros nombres, impronunciables,
siempre lejos del ministerio de economía.
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