Las vacaciones,
la excedencia,
romperse el brazo,
como si de repente me encontrara fuera del tobogán,
en suspenso,
como si no cayera hacia la Nada a una velocidad loca.
Tengo mil quinientos euros ahorrados para atravesar los cuarenta y ocho días,
y me invito a dibujar el mapa,
para no perderme demasiado.
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