Hola robot,
mi pequeño esclavo sin salario.
Hubo un tiempo en el que fui ludita.
Destruía telares al caer la noche,
y dormía al raso en el bosque de Sherwood
hasta que mis pies dejaron de tocar el suelo.
No temas. No retrocedas. No te haré daño,
porque aunque hice historia, pronto fui olvidado.
Ya no queda ni mi nombre.
He nacido otras veces, claro. Yo soy el muerto,
el que caía por el barranco,
el que resbalaba por una de las laderas de un desfiladero imposible,
¿o es que no has visto de pequeño las películas de Tarzán?
Yo soy el muerto. El de la bala perdida.
El que no regresa a casa tras finalizar la guerra.
Mi querido robot.
Me haces la cama. Me llevas de paseo en mi silla de ruedas
hasta el mismo precipicio.
"Todo esto será tuyo" - Te digo. Pero a ti te da lo mismo.
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