Se trata de algunas cosas,
de la poesía colectiva, por ejemplo,
de Eros liberado,
de una mujer que emerge del magma del sueño,
porque permíteme decirte, que tal como están las cosas,
es preciso cubrir de materia los deseos,
para que dejen de ser aire.
Sí, creemos en el futuro.
Ha llegado su tiempo, no por nada, sino porque todas las condiciones están dadas.
No es posible ocultar el invento por más tiempo,
a no ser que, claro, usted prefiera el sufrimiento.
Ya que el robot ha llegado, que al menos, desclave su codo afilado del cuello del poeta.
Hacer la realidad.
Abrir las puertas a Nuestra Señora, la de la Renta Incondicional,
que espera a las puertas de la ciudad.
¿O es que usted no se merece la moneda, por el simple hecho de nacer?
Desde el mismo momento en el que uno decide ser poeta comienzan las dificultades: no sé francés, mi camiseta a rayas ha encogido, mi pipa ha desaparecido durante la mudanza.
jueves, 27 de julio de 2017
Voces, palabras, marcas (de Pablo)
Encontramos octavillas,
algunas pintadas en las paredes,
marcas de añazos en las puertas de la ciudad, como si un monstruo quisiera desgarrarla.
algunas pintadas en las paredes,
marcas de añazos en las puertas de la ciudad, como si un monstruo quisiera desgarrarla.
miércoles, 26 de julio de 2017
El oráculo
49.
Forzando las circunstancias para investigar los signos, en este I Ching viviente.
El oráculo habla:
El lugar simplemente es, a pesar de la soledad y su belleza.
Ni siquiera me conmueve, pero me gusta.
El búho me sobrevuela al caer la noche.
Tiene curiosidad o hambre atrasada. Me divierte y el frío se levanta. Se ríe de mi.
Desde sus ojos parezco un gusano escondido en el saco.
La mirada, la mía, descubre las caras de la noche, sin Luna.
Qué es Madrid, su resplandor, sino un falso amanecer.
Imposible dormir.
El viento.
El día.
Todo lo que había imaginado para la mañana, se desintegra, por la prisa de la fuga.
Escapo de la belleza castigado por el frío.
Sólo quiero el café, las cuatro paredes de la cantina.
Pero no es la hora.
El mundo no comienza cuando yo lo quiero.
Así que busco el Sol, su calor y duermo y vuelvo.
¿Por qué me cuenta la vida la mujer de la cantina?
Me anuncias la desgracia.
La hemorragia.
Caen mis contemporáneos; la juventud.
Y las puertas del trabajo se me abren, como todos los días.
Forzando las circunstancias para investigar los signos, en este I Ching viviente.
El oráculo habla:
El lugar simplemente es, a pesar de la soledad y su belleza.
Ni siquiera me conmueve, pero me gusta.
El búho me sobrevuela al caer la noche.
Tiene curiosidad o hambre atrasada. Me divierte y el frío se levanta. Se ríe de mi.
Desde sus ojos parezco un gusano escondido en el saco.
La mirada, la mía, descubre las caras de la noche, sin Luna.
Qué es Madrid, su resplandor, sino un falso amanecer.
Imposible dormir.
El viento.
El día.
Todo lo que había imaginado para la mañana, se desintegra, por la prisa de la fuga.
Escapo de la belleza castigado por el frío.
Sólo quiero el café, las cuatro paredes de la cantina.
Pero no es la hora.
El mundo no comienza cuando yo lo quiero.
Así que busco el Sol, su calor y duermo y vuelvo.
¿Por qué me cuenta la vida la mujer de la cantina?
Me anuncias la desgracia.
La hemorragia.
Caen mis contemporáneos; la juventud.
Y las puertas del trabajo se me abren, como todos los días.
Clubs de poetas repartidos por todo el mundo (de Pablo)
Ellos,
esto es,
el electrón enloquecido que giraba en solitario alrededor de las circunstancias,
ahora forma un club.
Usted consiguió mis ojos,
usted me regaló los suyos,
y ahora por primera te veo.
La risa y la burla se ceba conmigo,
porque en nuestro club, hemos construido la poesía nueva,
individual y colectiva,
que se despliega con forma de nube y mujer,
y esperamos que llueva.
Tras la puerta de la ciudad te encuentras,
y el poeta, de los dos millones de ojos, exactos,
te anuncia.
esto es,
el electrón enloquecido que giraba en solitario alrededor de las circunstancias,
ahora forma un club.
Usted consiguió mis ojos,
usted me regaló los suyos,
y ahora por primera te veo.
La risa y la burla se ceba conmigo,
porque en nuestro club, hemos construido la poesía nueva,
individual y colectiva,
que se despliega con forma de nube y mujer,
y esperamos que llueva.
Tras la puerta de la ciudad te encuentras,
y el poeta, de los dos millones de ojos, exactos,
te anuncia.
El encuentro (de Pablo)
¿Cómo es posible que durante todo este tiempo te viera tan sólo a lo lejos?
Me acerqué a ti y descubrí la maravilla.
Llevabas puesto mi rostro.
Me acerqué a ti y descubrí la maravilla.
Llevabas puesto mi rostro.
Se ha roto la órbita (de Pablo)
Se ha roto la órbita del poeta
que giraba enloquecido, sin control, alrededor de las circunstancias,
solo.
El movimiento de atracción y repulsión ha cesado,
y Pablo, ha ido a caer en medio de todos los pablos.
que giraba enloquecido, sin control, alrededor de las circunstancias,
solo.
El movimiento de atracción y repulsión ha cesado,
y Pablo, ha ido a caer en medio de todos los pablos.
viernes, 21 de julio de 2017
Observaciones desde la oficina (de Pablo)
Sus palabras se levantan y se deshilachan.
Nubes de letras, visibles desde la oficina,
flotando por lo urbano.
Me interpelan antes de callarse a jirones
Yo pensaba que el mundo, el suyo, estaba muriendo.
Me sobrecojo:
quizá soy yo el que se está extinguiendo.
Comentario de un espectador (de Pablo)
Para mí eran los errantes.
Seres ridículos y siempre a la deriva.
Cayendo siempre en la desgracia,
solos,
deambulando de un lugar a otro, sin sentido,
cada vez más lejos del centro de la ciudad.
Fuera, más allá del gran muro, en sus casitas de escombro,
ahora están juntos.
Sacan a escondidas bollos de crema,
y hacen fiestas de amaretto a la noche.
Al amanecer, se elevan al cielo señales de humo.
Son palabras,
gigantescas,
para que las pueda ver el mundo.
Seres ridículos y siempre a la deriva.
Cayendo siempre en la desgracia,
solos,
deambulando de un lugar a otro, sin sentido,
cada vez más lejos del centro de la ciudad.
Fuera, más allá del gran muro, en sus casitas de escombro,
ahora están juntos.
Sacan a escondidas bollos de crema,
y hacen fiestas de amaretto a la noche.
Al amanecer, se elevan al cielo señales de humo.
Son palabras,
gigantescas,
para que las pueda ver el mundo.
jueves, 20 de julio de 2017
Yo estuve con ella.(de Pablo)
Yo estuve con ella, la he tocado, existe.
No es fruto de la imaginación del suicida.
Escuchadme, ella se encuentra en los límites de la ciudad.
Me ha hecho la promesa, a mí,
de que la existencia puede volver a ser poética.
Hasta hoy, hemos estados solos,
cayendo en la entropía desesperadamente.
¿Cuando fue nuestra última palabra?
Lancemos las botellas de Amaretto contra la puertas de la ciudad.
Ella quiere pasar,
y nosotros, la estamos esperado.
No es fruto de la imaginación del suicida.
Escuchadme, ella se encuentra en los límites de la ciudad.
Me ha hecho la promesa, a mí,
de que la existencia puede volver a ser poética.
Hasta hoy, hemos estados solos,
cayendo en la entropía desesperadamente.
¿Cuando fue nuestra última palabra?
Lancemos las botellas de Amaretto contra la puertas de la ciudad.
Ella quiere pasar,
y nosotros, la estamos esperado.
¿Qué broma es ésta?
49.
Tengo un año para pensar el qué hacer,
si comprar un martillo y destrozarlo todo,
o afeitarme y continuar por el descenso, sin pensar en nada.
Y sin embargo, existe la posibilidad del esplendoroso crepúsculo.
Ese territorio viscoso, en equilibrio,
donde reír a carcajadas porque he dejado de hacer el canelo.
Ese lugar donde se va muriendo, y donde yo,
paradójicamente, resucito.
Tengo un año para pensar el qué hacer,
si comprar un martillo y destrozarlo todo,
o afeitarme y continuar por el descenso, sin pensar en nada.
Y sin embargo, existe la posibilidad del esplendoroso crepúsculo.
Ese territorio viscoso, en equilibrio,
donde reír a carcajadas porque he dejado de hacer el canelo.
Ese lugar donde se va muriendo, y donde yo,
paradójicamente, resucito.
(Poemas de transición hacia un esplendor en el crepúsculo)
Digámoslo claro, hemos hecho el canelo.
No hay más remedio, hay que hacer siempre el canelo,
pero tampoco es cuestión de pasarse.
Ayer una mujer me dijo que se sentía estafada por la vida,
pero qué es la vida sino un mero engaño,
el truco,
un ágil movimiento de manos,
un claro ejercicio de hipnosis,
donde de repente, cuando quieres darte cuenta, todo ha acabado,
pero esto, ya lo sabemos todos.
La vida en un mogollón de fuerzas atravesándote,
tratando de destrozarte,
de abandonarte.
Moviéndose por todo el cosmos, como una gran masa verde voluptuosa
que gira sobre sí misma, hasta envolverte.
A veces duerme latente esperando el dedo que active la siega de pueblos enteros
o eleve a seres insignificantes al espacio,
más allá de las nubes,
como si todo hubiera sido un sueño.
Abres la boca y es otro el que habla,
¿son estas mis palabras o es el gran hipnotizador, el que no tiene rostro, el que mueve mis labios
y ni si siquiera sabe que dice?
Y aquí me encuentro, en este abrir y cerrar de ojos.
Tengo el tiempo suficiente para escribir esto antes de irme al trabajo,
pero no sé lo que significa,
si es que la existencia tuviera algún significado.
No hay más remedio, hay que hacer siempre el canelo,
pero tampoco es cuestión de pasarse.
Ayer una mujer me dijo que se sentía estafada por la vida,
pero qué es la vida sino un mero engaño,
el truco,
un ágil movimiento de manos,
un claro ejercicio de hipnosis,
donde de repente, cuando quieres darte cuenta, todo ha acabado,
pero esto, ya lo sabemos todos.
La vida en un mogollón de fuerzas atravesándote,
tratando de destrozarte,
de abandonarte.
Moviéndose por todo el cosmos, como una gran masa verde voluptuosa
que gira sobre sí misma, hasta envolverte.
A veces duerme latente esperando el dedo que active la siega de pueblos enteros
o eleve a seres insignificantes al espacio,
más allá de las nubes,
como si todo hubiera sido un sueño.
Abres la boca y es otro el que habla,
¿son estas mis palabras o es el gran hipnotizador, el que no tiene rostro, el que mueve mis labios
y ni si siquiera sabe que dice?
Y aquí me encuentro, en este abrir y cerrar de ojos.
Tengo el tiempo suficiente para escribir esto antes de irme al trabajo,
pero no sé lo que significa,
si es que la existencia tuviera algún significado.
domingo, 16 de julio de 2017
Más allá de la ciudad (de Pablo)
Cada día, un milímetro más alejado del centro,
hasta llegar al páramo, donde siempre sopla el viento,
donde no existe el precio.
Tras la cortina ella,
en lo oscuro, brillando como la promesa.
Sólo tengo el bollo de crema que me llevé de la tienda en mi huida
y una botella vacía de Amaretto.
Compartimos.
Duermo abrazado a su cuerpo.
Es real.
hasta llegar al páramo, donde siempre sopla el viento,
donde no existe el precio.
Tras la cortina ella,
en lo oscuro, brillando como la promesa.
Sólo tengo el bollo de crema que me llevé de la tienda en mi huida
y una botella vacía de Amaretto.
Compartimos.
Duermo abrazado a su cuerpo.
Es real.
sábado, 15 de julio de 2017
Robo de un bollo de crema y huída de la ciudad (de Pablo)
Me he convertido en lo que tú deseas que sea.
Tus ojos se vuelven hacia mí cuando entro en la tienda de los bollos de crema.
Si salgo corriendo es porque he hecho algo, por la vergüenza inmensa.
Correr,
salir del propio margen, más allá de sus límites,
atravesar la hendidura abierta en el gran abrazo que cierra el mundo.
Fuera, no hay nada.
La intemperie.
Los Otros, los que se lleva el viento,
agarrados a sus casitas de escombro y chatarra, donde yo tengo mi cueva.
Tus ojos se vuelven hacia mí cuando entro en la tienda de los bollos de crema.
Si salgo corriendo es porque he hecho algo, por la vergüenza inmensa.
Correr,
salir del propio margen, más allá de sus límites,
atravesar la hendidura abierta en el gran abrazo que cierra el mundo.
Fuera, no hay nada.
La intemperie.
Los Otros, los que se lleva el viento,
agarrados a sus casitas de escombro y chatarra, donde yo tengo mi cueva.
Y así acaba todo (En el paraíso, y fin)
He cavado mi propia tumba,
justo ahora, cuando creo ver el fulgor entre la espesura del bosque,
justo ahora, cuando me encuentro en ciernes,
apunto,
como flor nocturna abriéndose a la noche.
En tres lineas podría resumirse mi existencia,
quizá en dos:
"Llegó al paraíso sin darse cuenta, y se perdió en su inmenso bosque, tratando de encontrar un recuerdo"
justo ahora, cuando creo ver el fulgor entre la espesura del bosque,
justo ahora, cuando me encuentro en ciernes,
apunto,
como flor nocturna abriéndose a la noche.
En tres lineas podría resumirse mi existencia,
quizá en dos:
"Llegó al paraíso sin darse cuenta, y se perdió en su inmenso bosque, tratando de encontrar un recuerdo"
jueves, 13 de julio de 2017
Morir en el bosque (en el paraíso)
Morir, perdido, qué importa.
Me hubiera gustado que usted hubiera existido.
Estuve tan cerca, creí haberla visto.
Soñé que nos emborrachamos con los frutos del bosque,
con esas largas charlas a lo largo de la tarde.
Estuve a un solo paso del socialismo.
Y aquí estoy, caído en la penumbra.
Esperando la llegada de la muerte.
Me hubiera gustado que usted hubiera existido.
Estuve tan cerca, creí haberla visto.
Soñé que nos emborrachamos con los frutos del bosque,
con esas largas charlas a lo largo de la tarde.
Estuve a un solo paso del socialismo.
Y aquí estoy, caído en la penumbra.
Esperando la llegada de la muerte.
Eres como un asperger invertido
Todo lo que te ocurre es porque es porque tienes el cerebro lleno de espejos,
de células que no cesan de mirarse en el otro.
Te duele el cuerpo.
Es cierto que estuviste toda la tarde descargando camiones,
que la noche no te dejó dormir,
que tu cuaderno continúa en blanco desde hace tiempo,
ni un sola letra.
Te ganas la vida honradamente, haciendo el canelo.
Si Moloch te mira, te aproximas a él, para que te apuñale en el pecho.
Miras a los que caen del edificio más alto, con cierta envidia.
Se engoma el suelo de tartán para evitar los muertos.
De nada sirve.
Dios no existe.
Te acercas al capataz. Le adviertes. Te despide.
Tú también la verás, lo sabes.
E inicias como el resto de tu propio cuerpo, la deriva entrópica.
de células que no cesan de mirarse en el otro.
Te duele el cuerpo.
Es cierto que estuviste toda la tarde descargando camiones,
que la noche no te dejó dormir,
que tu cuaderno continúa en blanco desde hace tiempo,
ni un sola letra.
Te ganas la vida honradamente, haciendo el canelo.
Si Moloch te mira, te aproximas a él, para que te apuñale en el pecho.
Miras a los que caen del edificio más alto, con cierta envidia.
Se engoma el suelo de tartán para evitar los muertos.
De nada sirve.
Dios no existe.
Te acercas al capataz. Le adviertes. Te despide.
Tú también la verás, lo sabes.
E inicias como el resto de tu propio cuerpo, la deriva entrópica.
martes, 11 de julio de 2017
Que otra cosa podría ser la esperanza (de Pablo)
La esperanza no puede llegar en el último instante,
y después sumergirse en lo más negro, como si nunca hubiera existido.
La esperanza es otra cosa.
Esperanza es cerrar los ojos tranquilo,
sabiendo que al despertar, ella continuará a mi lado.
Que la declaración del estado de sitio contra mi persona, se haya levantado.
Que uno pueda practicar la poesía sin ser insultado
y que la pereza salga las sombras si es que usted la desea.
La esperanza para que sea, debería encontrarse en todas las cosas.
y después sumergirse en lo más negro, como si nunca hubiera existido.
La esperanza es otra cosa.
Esperanza es cerrar los ojos tranquilo,
sabiendo que al despertar, ella continuará a mi lado.
Que la declaración del estado de sitio contra mi persona, se haya levantado.
Que uno pueda practicar la poesía sin ser insultado
y que la pereza salga las sombras si es que usted la desea.
La esperanza para que sea, debería encontrarse en todas las cosas.
Noticias del errante
Cómo fue que perdí las llaves de casa,
el simple carnet, que para el mundo demuestra mi verdadera identidad.
Desde entonces soy el errante,
aquel hombre de barbas que recorre el mundo
de otra manera.
No soy el turista apestado, ni viajero mítico, aquel que recorrió el mundo en busca de otros ojos. Tampoco el migrante, ni el refugiado, ni siquiera el soldado teletrasportado.
Simplemente me perdí. Salí de casa y ya no puede regresar.
Las puertas y las ventanas se cierran a mi paso.
De mí, sólo sé lo que dicen los reflejos y el espejo,
que no tengo cuerpo,
que mi transparencia deja paso a los objetos y al precio de las cosas.
el simple carnet, que para el mundo demuestra mi verdadera identidad.
Desde entonces soy el errante,
aquel hombre de barbas que recorre el mundo
de otra manera.
No soy el turista apestado, ni viajero mítico, aquel que recorrió el mundo en busca de otros ojos. Tampoco el migrante, ni el refugiado, ni siquiera el soldado teletrasportado.
Simplemente me perdí. Salí de casa y ya no puede regresar.
Las puertas y las ventanas se cierran a mi paso.
De mí, sólo sé lo que dicen los reflejos y el espejo,
que no tengo cuerpo,
que mi transparencia deja paso a los objetos y al precio de las cosas.
viernes, 7 de julio de 2017
Todos los días enciendo velas a la diosa Fortuna
En algún lado del cosmos te encuentras,
quizá borracha a estas horas,
justo cuando me encuentro en ciernes,
en este esplendor crepuscular mío.
Seguro que andas durmiendo la mona
o en esa inmensa siesta milenaria que tanto te gusta,
o recién despierta, bostezando antes de actuar.
Agito mis brazos de mortal todos los días,
esforzándome por ser visto, antes de que sea demasiado tarde.
¿O es que no sabes de que un segundo de los tuyos, es toda mi vida?
quizá borracha a estas horas,
justo cuando me encuentro en ciernes,
en este esplendor crepuscular mío.
Seguro que andas durmiendo la mona
o en esa inmensa siesta milenaria que tanto te gusta,
o recién despierta, bostezando antes de actuar.
Agito mis brazos de mortal todos los días,
esforzándome por ser visto, antes de que sea demasiado tarde.
¿O es que no sabes de que un segundo de los tuyos, es toda mi vida?
Un rumor recorre la cara oculta de la ciudad (de pablo)
El rumor recorre la cara oculta de la ciudad.
Los poetas, esos que siempre vivieron aislados del mundo, hacen corrillos.
Se habla de una libreta, del dibujo de un ser del futuro,
vislumbrado en el mismo instante de la muerte,
que ha llegado para cumplir nuestros anhelos.
Ella.
La que nos ama.
Sin condición alguna.
Y caen los poetas desde los rascacielos, por verla,
en el último segundo, como en un sueño,
entregándose a todos,
antes de sumergirnos en la más completa oscuridad.
pero eso, no puede ser la esperanza.
Los poetas, esos que siempre vivieron aislados del mundo, hacen corrillos.
Se habla de una libreta, del dibujo de un ser del futuro,
vislumbrado en el mismo instante de la muerte,
que ha llegado para cumplir nuestros anhelos.
Ella.
La que nos ama.
Sin condición alguna.
Y caen los poetas desde los rascacielos, por verla,
en el último segundo, como en un sueño,
entregándose a todos,
antes de sumergirnos en la más completa oscuridad.
pero eso, no puede ser la esperanza.
sábado, 1 de julio de 2017
Te vi en mi caída (de Pablo)
Te vi.
Apenas eras un pequeño punto en la lejanía,
y de repente, dejé de sentir esta zozobra que me tiene agarrado el pecho.
Me saludaste desde el horizonte, y yo, dibujé aprisa tu retrato,
como aviso a los del mañana
de que todavía existía la esperanza
mientras caía,
caía y caía.
Antes de desaparecer por completo de la corriente histórica.
Apenas eras un pequeño punto en la lejanía,
y de repente, dejé de sentir esta zozobra que me tiene agarrado el pecho.
Me saludaste desde el horizonte, y yo, dibujé aprisa tu retrato,
como aviso a los del mañana
de que todavía existía la esperanza
mientras caía,
caía y caía.
Antes de desaparecer por completo de la corriente histórica.
Breve reflexión sobre el Paraíso
La imposibilidad del regreso
de aquel tiempo primordial donde reconocerme en otros labios.
Sea todo un breve sueño, una singularidad cósmica.
Un trozo de locura.
Por un momento me gustó el delirio.
Podían realizarse hazañas.
Ir en busca de un recuerdo.
Adentrarse en el bosque, a sabiendas de que me iba a perder.
de aquel tiempo primordial donde reconocerme en otros labios.
Sea todo un breve sueño, una singularidad cósmica.
Un trozo de locura.
Por un momento me gustó el delirio.
Podían realizarse hazañas.
Ir en busca de un recuerdo.
Adentrarse en el bosque, a sabiendas de que me iba a perder.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)