viernes, 11 de marzo de 2011

Boceto para un extraño poemario, facilmente fotocopiable, ligero, enrollable, y que pueda introducirse en una botella.

(Quisiera escribir una serie de poemas y enviarlos al cosmos.
Con un potente tirachinas quizá sea suficiente).

Tienes la boina verde
los ojos verdes
los hombros verdes
la polla verde
y te quiero

Tu coliflor en la cabeza es preciosa
me recuerda a un día apasionado

Ojalá haya tormenta de nuevo

¡estás tan guapo
persiguiendo rayos!

ordeñando locos
en noches de lunas gordas

y precipitándote al vacío
siempre caes despacio

¡eres tan divertido!

Te amo,
¿quieres beber sal conmigo?

pasear con mi enano de la mano
por los ríos magentas
podríamos besarnos

7 comentarios:

  1. A mi, la verdad, me parece un poema de amor precioso. En Mandril es bastante simpático, pero en alguna otra parte del cosmos quizá haya alguien llorando

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  3. Te cuento la génesis de este poemita. Este y los siguientes que vendrán estarán concebidos de la misma manera.

    Déjame que te cuente; ayer me acosté más temprano de lo acostumbrado, cerré los ojos, y sabes, en ese punto en el que estás al borde del sueño, pero en el que la cabecita no cesa de construir, ya a su bola, salió esto. Me tuve que levantar para escribirlo. La escritura fué divertidísima, te juro que reí a carcajadas. Después inmediatamente me volví a acostar, pero más precavido me llevé un cuaderno a la cama. Lo puse en mi pecho. Y esperé a que ocurriera lo mismo. Estuve un buen rato repitiendo el proceso y apagando y encendiendo la luz para tomar notas. Lo pasé muy bién, la verdad. Y me he levantado muy contento con la producción nocturna y con este poemita. No puedo dejar de sonreir cada vez que lo leo. Así que he decidido escribir unos diez con este método y la misma temática. Los voy a recortar, pegar y fotocopiar, y espero que en uno dias estén acabados, siempre y cuando no me desinfle

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  5. tendré mucho cuidado con las sobredosis de producción poética, este finde que libro prometo despejarme y salir a la montaña. Mola el refrán, me lo quedo.

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  6. Polución nocturna, como quien da a luz solo, en la oscuridad, de poemas. Me ocurre a veces que tengo que parir, y hasta no hacerlo, no puedo dormir. Pero qué alivio cuando al fin lo consigo. Me retiro a la cama y duermo como un bebé.
    Mi bebé en cambio permanece despierto, acechando, mirándolo todo.

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