Cuando Óscar era pequeño
sus padres sexagenarios le hicieron un regalo
Un día
un verano de mil novecientos setenta y ocho
aparecieron con una caravana
No recorrimos el mundo, la verdad
pero estuvimos en Vigo
Santa Pola
Benicasim
y un maravilloso invierno a veinte grados bajo cero en el rio Gallo
y después estuvo aparcada años
años
y años
desvencijándose
pero a mi me salvó la vida la destartalada caravana
allí, con los otros niños,
sin horario alguno
asilvestrados
subiamos a la montaña
dábamos nombres a las rocas
y a la noche
expropiábamos la mercancia del bar
Nuestro lema
"Quién roba a un ladrón tiene mil años de perdón"
más tarde empezámos a robarnos unos a otros
En la viejita caravana
ocurrían cosas
mi primer beso
-y durante mucho tiempo el último-
las primeras botellas de cerveza
y construimos, con nuestras propias manos, una radio
y el fanzín
Y hablámos al mundo,
un mundo
de más o menos cuatro o cinco pueblos en los alrededores
Esto ocurrió cuando todo empezó a tambalearse
cuando me encontré el horror cara a cara
cuando no había ninguna escapatoria
allí,
en la viejita caravana
estaba a salvo de todos los horrores
allí
en el más grandioso regalo de mis padres
3/ 3/ 2011
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