Las palabras pudieran caer a plomo, como una bomba,
liberando guirnaldas al rojo serpenteando bajo mis pies.
Metralla incandescente que interrumpe los caminos del encuentro.
Pudieran ser también vainas llegadas desde el espacio,
dispuestas a convertirme en otro, sin apenas darme cuenta;
peor.
Es conveniente salir corriendo, huir, evitar el paso,
calzarme con esas botas tremendas, como si no hubiera pasado nada,
con las que jamás sentiré el dolor ni el suave contacto de la piel sobre la tierra.
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