Te veo como la mujer forzuda, dispuesta a levantar el mundo con un solo dedo,
como el marinero con su camiseta a rayas, retando a un pulso con la mirada, al patrón del barco,
como un trozo de planeta futuro, más amable y fértil, que se ha desprendido y se desplaza irremediablemente hacia el presente,
y que pronto llegará a la Tierra.
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