Piénsame, tú, chica de la otra parte del mundo.
Piensa en mí, porque yo pienso en ti,
aunque nos desconocemos.
Una caricia y el mundo saldrá por los aires.
Un arrumaco y se desencadenará la catástrofe.
¿Por qué has tenido que ser tú, la chica de antimateria?
Cada uno en el extremo del laberinto, buscándonos.
Tenemos todas las posibilidades de perdernos,
pero todavía nos queda un breve suspiro de juventud.
Podemos desintegrarnos juntos.
¡Encontrémonos!
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