Permíteme que te sonría, nada has de temer de mí.
¿Por qué crees que tengo un botón de la muerte en el pecho?
Cuando quieras puedes tocarlo
sin previo aviso.
Dicen que el desvanecimiento es como un gran vapor,
que los recuerdos, de repente, dejan de estar,
y yo,
dejo de ser.
No hay comentarios:
Publicar un comentario