Muerto.
Tú que estás allí, en el pasado,
te escribo.
Descenderé escaleras abajo hasta llegar a lo oscuro,
donde te encuentras.
Duermes en el Tártaro el sueño sin sueño.
Abre los ojos.
Deja de ser sombra.
¿Qué?,
¿Yaces desde milenios y olvidaste despertar?
¿No dices nada?
¿Por qué callas a mis preguntas?
¿No quieres venir al mundo de los vivos para alertarles del frío que les espera,
o por lo menos, contar tus recuerdos?
De verdad que eres silencioso, muerto,
parece como si hubieras perdido la lengua,
como si nunca hubieras sido cuerpo.
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