Me pregunto por el espíritu de este tiempo,
por esa cosa que nos atraviesa
y que podrá ser leída cuando todos estemos muertos.
Me pregunto por sus formas,
por su rostro, si es que lo tiene.
O quizá no exista.
Quizá haya muerto de viejo.
Y en algún lado esté naciendo de nuevo.
Y si existe, que sea amable, por favor,
¿o es que la amabilidad no puede ser incluida
en eso que llamo los principios democráticos,
y de los que nadie habla?
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