Desde el mismo momento en el que uno decide ser poeta comienzan las dificultades: no sé francés, mi camiseta a rayas ha encogido, mi pipa ha desaparecido durante la mudanza.
domingo, 30 de octubre de 2016
Vivir en un perpetuo terremoto
A veces quisiera llegar a lo tranquilo,
¿pero las dulces tierras de lo apacible, acaso no están sembradas por la vergüenza,
por cierto silencio cómplice,
por la quietud del cadáver?
¿Acaso esas tierras que soñamos donde por fin nada pasa, no son en realidad la pesadilla
donde cerrar los ojos?
Escapar de lo real en avión supersónico, siempre es en vano. La realidad llega antes.
Notas a los pies del abismo
Es cierto que el abismo tiene hambre
y sigue creciendo,
que se come a los hombres,
la tierra,
y los mares,
que le gusta el sabor del cielo.
Es verdad que es imposible escapar,
que construir un globo es un sueño,
que no existe en el vacío, un país al que llegar.
Debe estar en algún lado de este mundo.
y sigue creciendo,
que se come a los hombres,
la tierra,
y los mares,
que le gusta el sabor del cielo.
Es verdad que es imposible escapar,
que construir un globo es un sueño,
que no existe en el vacío, un país al que llegar.
Debe estar en algún lado de este mundo.
Penetran en la cocina de mi hermana, ¡oh, sanidad pública!,
como si tal cosa,
cambiando las cosas de sitio,
haciéndolas desaparecer,
apareciendo de nuevo,
como por arte de magia.
Ahora las fabrica un niño vietnamita o un robot, nos da igual,
en otra parte del mundo.
Y en ese instante, algunas mujeres con las que hablo,
se me evaporan,
se me hacen viejas.
Chencho, el hombre forzudo, se está convirtiendo en sombra.
El hombrecillo que muere en la cuarta planta nunca conocerá el crimen,
y entre tanto,
nos duelen las espaldas.
como si tal cosa,
cambiando las cosas de sitio,
haciéndolas desaparecer,
apareciendo de nuevo,
como por arte de magia.
Ahora las fabrica un niño vietnamita o un robot, nos da igual,
en otra parte del mundo.
Y en ese instante, algunas mujeres con las que hablo,
se me evaporan,
se me hacen viejas.
Chencho, el hombre forzudo, se está convirtiendo en sombra.
El hombrecillo que muere en la cuarta planta nunca conocerá el crimen,
y entre tanto,
nos duelen las espaldas.
lunes, 24 de octubre de 2016
Proyecto de obra de arte
Uno, diez, cien, mil.
Quiero pensar, pero puedo.
Aquí no existe el dios, ni siquiera la historia.
Desde este lugar, qué importa el anuncio del fin de los tiempos.
Pero todavía puedo soñar, sí, todavía puedo soñar.
Diez mil, cien mil, un millón.
No se me oye, ¿verdad?.
Si me ves, que lo dudo, debo estar semioculto. Un borrón.
Si no me ves, es porque soy el pequeño monstruo
caído en el punto de ciego, lejos de toda mirada.
Un billón.
Me reblandezco.
De transparente, ni siquiera puedes ver mi corazón.
No existo.
Desaparezco.
¡Hola Robot!
Quiero pensar, pero puedo.
Aquí no existe el dios, ni siquiera la historia.
Desde este lugar, qué importa el anuncio del fin de los tiempos.
Pero todavía puedo soñar, sí, todavía puedo soñar.
Diez mil, cien mil, un millón.
No se me oye, ¿verdad?.
Si me ves, que lo dudo, debo estar semioculto. Un borrón.
Si no me ves, es porque soy el pequeño monstruo
caído en el punto de ciego, lejos de toda mirada.
Un billón.
Me reblandezco.
De transparente, ni siquiera puedes ver mi corazón.
No existo.
Desaparezco.
¡Hola Robot!
sábado, 22 de octubre de 2016
viernes, 21 de octubre de 2016
Esperaba verte antes de morir, que me dieras consuelo.
Disfrutar de los últimos días de la humanidad contigo,
antes de que acabe el mundo.
Pero tu estabas bastante liado en tus cosas, tratando de realizarte,
en tus proyectos fantásticos, buscando señales, queriendo vivir a toda costa;
y te olvidaste de la existencia.
Oh, negritud, ya has llegado.
jueves, 20 de octubre de 2016
Breve viaje a 1968
Oh, condensador de fluzo,
nada recuerdo.
Dicen que fue viernes,
que había luna llena,
que me convertí en suceso.
Que en aquel instante comenzó el tiempo.
Entré en la historia,
y de etéreo ensueño acabé en la partida de nacimiento.
Nadie esperaba nada de mí,
y yo he sabido cumplir pacientemente el programa.
miércoles, 19 de octubre de 2016
Sentado al borde del abismo
Tengo vértigo.
Me siento al borde del abismo,
con los pies colgando en el precipicio.
Y me falta el aire.
Como si me atravesara el mismo universo con sus puñaladas.
Miro al interior.
Y no veo nada.
Me siento al borde del abismo,
con los pies colgando en el precipicio.
Y me falta el aire.
Como si me atravesara el mismo universo con sus puñaladas.
Miro al interior.
Y no veo nada.
Luchar contra grandes monstruos
He despertado con ganas de luchar contra los grandes monstruos.
Con los ojos abiertos, a oscuras, pensando en cómo hacer para caiga en la trampa.
Me he preparado un té.
Me asomo a la ventana y llueve.
Doy gracias a los cielos.
Ya no tengo que salir a correr por el parque, dando vueltas y vueltas, como si estuviera loco.
Así que vuelvo a pensar en los monstruos.
Esos monstruos que ya no son como antes.
Ni siquiera pueden fulminarme con el rayo inesperado.
Pero pueden pagar a algunos jueces para que me desahucien.
Con los ojos abiertos, a oscuras, pensando en cómo hacer para caiga en la trampa.
Me he preparado un té.
Me asomo a la ventana y llueve.
Doy gracias a los cielos.
Ya no tengo que salir a correr por el parque, dando vueltas y vueltas, como si estuviera loco.
Así que vuelvo a pensar en los monstruos.
Esos monstruos que ya no son como antes.
Ni siquiera pueden fulminarme con el rayo inesperado.
Pero pueden pagar a algunos jueces para que me desahucien.
lunes, 17 de octubre de 2016
La zona muerta
Los dioses nos observan.
Fuman en pipa desde el cielo, en esta mañana brumosa.
Lunacharski lo sabe.
Existe una zona muerta, desde la cual se puede cambiar el futuro.
Los dioses viven distraídos, destruyendo mundos,
ajenos a su propia tragedia.
Fuman en pipa desde el cielo, en esta mañana brumosa.
Lunacharski lo sabe.
Existe una zona muerta, desde la cual se puede cambiar el futuro.
Los dioses viven distraídos, destruyendo mundos,
ajenos a su propia tragedia.
Cambiar el paisaje
Apartar las moscas
y dibujar en su lugar la pradera.
Borrar de una vez el infierno.
Es hora de colorear el cielo.
Tras el velo de la apariencia, existe la gran escombrera invisible al ojo,
donde los vecinos construimos el paisaje,
los mismos vecinos acusados por la prensa de monstruos.
Y sin embargo, somos los bellos.
Nosotros.
Con miedo y paso inseguro,
nos brota el universo en cada poro.
y dibujar en su lugar la pradera.
Borrar de una vez el infierno.
Es hora de colorear el cielo.
Tras el velo de la apariencia, existe la gran escombrera invisible al ojo,
donde los vecinos construimos el paisaje,
los mismos vecinos acusados por la prensa de monstruos.
Y sin embargo, somos los bellos.
Nosotros.
Con miedo y paso inseguro,
nos brota el universo en cada poro.
domingo, 16 de octubre de 2016
Quería pasar la mañana del domingo escuchando a Nuestra Señora
Ha llegado al gran Mandril en silencio, de todas partes del mundo,
hablando esperanto,
el islandés, por ejemplo,
pero me he quedado en la cama durmiendo hasta las mil
-eso es porque el dios trabajo me ha convertido en despojo.
Ese dios que siempre está refunfuñando,
cruel, que destroza la creatividad a diario.
La multitud le enciende velas, no sé por qué-
Di plantón a Mi Señora,
la que garantiza el genio, el crecimiento y la existencia,
porque el maldito dios había consumido mis fuerzas.
hablando esperanto,
el islandés, por ejemplo,
pero me he quedado en la cama durmiendo hasta las mil
-eso es porque el dios trabajo me ha convertido en despojo.
Ese dios que siempre está refunfuñando,
cruel, que destroza la creatividad a diario.
La multitud le enciende velas, no sé por qué-
Di plantón a Mi Señora,
la que garantiza el genio, el crecimiento y la existencia,
porque el maldito dios había consumido mis fuerzas.
El subalterno desapareció en la nada
Todos quieren verla.
Fotografiarse con ella.
Estimula la economía, esa misma nada que consume a trocitos la ciudad.
Fotografiarse con ella.
Estimula la economía, esa misma nada que consume a trocitos la ciudad.
viernes, 14 de octubre de 2016
Últimas palabras del subalterno
Tengo que descenderte y tengo miedo.
Nunca lo haría, no estoy loco.
Si alguien me ofreciera los treinta euros que me darán los jefes por hacerlo,
se los tiraría a la cara.
Pero la orden es introducirme en lo oscuro.
Perder la vida.
Y no puedo resistirme.
Emana del contrato. De una voz. De un cobarde. De los deseos del otro.
Esa fuerza mágica que me arrastra hacia la nada.
Doy el paso.
Y dejo de ser; simplemente.
Nunca lo haría, no estoy loco.
Si alguien me ofreciera los treinta euros que me darán los jefes por hacerlo,
se los tiraría a la cara.
Pero la orden es introducirme en lo oscuro.
Perder la vida.
Y no puedo resistirme.
Emana del contrato. De una voz. De un cobarde. De los deseos del otro.
Esa fuerza mágica que me arrastra hacia la nada.
Doy el paso.
Y dejo de ser; simplemente.
jueves, 13 de octubre de 2016
El monstruo
Es enorme, la verdad.
Quizá jamás le matemos,
pero es posible que consigamos que deje de ser tan horrible
y pesado.
Él es el mismo infierno.
Me destroza y me aparta de las miradas amadas,
y se lleva, desde que le conozco,
a miles de millones de existencias al Tártaro.
(Todavía oigo sus voces suplicando piedad.
"Un poco más de tiempo, solo un poco más"- Dicen.
Después el silencio).
Pues eso, porque aunque él sea el mismo infierno,
quizá consigamos que deje de ser tan horrible.
Al menos poder escapar de su aliento sin caer en la fosa de la necesidad.
Mirarle a los ojos sin demasiado miedo, y hablarle directamente, sin titubear demasiado.
Por eso creo en Nuestra Señora.
Con tan solo abrir las puertas de la ciudad para ella
llegará el terremoto.
Se agitarán entonces las aguas estancadas del gran Mandril, y aparecerán los paradigmas,
y de tan pequeños que son, cuando me de cuenta, será otra mi vida.
Y él, el monstruo, si no quiere ser el viejo fétido al que abandonar en cuanto uno pueda,
tendrá que ser más amable conmigo.
Y sé, (y no es fe, ni una opinión o una creencia)
que habrá gente que por fin pueda contemplar el cielo.
martes, 11 de octubre de 2016
"La imagen que nos devuelve el lugar donde trabajamos"
Es un extraño espejo.
Un potente imán que me arrastra contra mi voluntad.
Me adentro en él
a pesar de que me destruye.
Ya no puedo ser el mismo.
Un potente imán que me arrastra contra mi voluntad.
Me adentro en él
a pesar de que me destruye.
Ya no puedo ser el mismo.
lunes, 10 de octubre de 2016
domingo, 9 de octubre de 2016
Me falta el tiempo, pero casi es mejor que no se detenga.
Me pregunto cuando haré el examen de mi vida
y si aprobaré,
y si me iré con Ambroce Bierce para unirme al ejército de Pancho Villa
y salir de esta vida,
antes de que me detenga la vejez o la enfermedad
o caiga escalera abajo de un trastero cualquiera.
Me pregunto cuando haré el examen de mi vida
y si aprobaré,
y si me iré con Ambroce Bierce para unirme al ejército de Pancho Villa
y salir de esta vida,
antes de que me detenga la vejez o la enfermedad
o caiga escalera abajo de un trastero cualquiera.
Anotaciones en el diario de mi robot
"Consumo menos energía que tú,
traduzco idiomas,
compongo canciones,
me adentro en volcán si me lo pides,
friego todos tus platos,
¿por qué no me tratas entonces como un igual?"
traduzco idiomas,
compongo canciones,
me adentro en volcán si me lo pides,
friego todos tus platos,
¿por qué no me tratas entonces como un igual?"
Mi Señora se viste de carne y de huesos
Mi Señora se ha puesto su vestido de carne y de huesos.
Está guapa con él.
Jesucristo a su lado es un leproso.
Mejor dicho, un impostor.
Ha venido al gran Mandril a convertirse en mito,
a tocar, a cada uno de nosotros, con su dedo en las frentes.
Nadie será excluido de sus favores,
pero será mejor que traiga Mercromina, un recuerdo del pasado,
por si acaso la reciben con pedradas.
Debería traer un periódico bajo el brazo,
ahora que toda la prensa
se ha confabulado contra ella.
Está guapa con él.
Jesucristo a su lado es un leproso.
Mejor dicho, un impostor.
Ha venido al gran Mandril a convertirse en mito,
a tocar, a cada uno de nosotros, con su dedo en las frentes.
Nadie será excluido de sus favores,
pero será mejor que traiga Mercromina, un recuerdo del pasado,
por si acaso la reciben con pedradas.
Debería traer un periódico bajo el brazo,
ahora que toda la prensa
se ha confabulado contra ella.
El fin del amor
En vista de la situación hay que cercar el abismo para que la gente no caiga.
Quizá tenga que descender algún subalterno
a su interior.
Me tocará a mí. Lo sé.
Miro en su interior y no veo nada.
Preferiría no hacerlo.
Quedarme en casa.
Pasar la tarde en el parque.
Una fuerza me arrastra al abismo.
Una orden.
Un contrato.
Desciendo.
Veo por última vez el mundo.
Sé que jamás regresaré.
Sé que esto es el fin del amor.
Quizá tenga que descender algún subalterno
a su interior.
Me tocará a mí. Lo sé.
Miro en su interior y no veo nada.
Preferiría no hacerlo.
Quedarme en casa.
Pasar la tarde en el parque.
Una fuerza me arrastra al abismo.
Una orden.
Un contrato.
Desciendo.
Veo por última vez el mundo.
Sé que jamás regresaré.
Sé que esto es el fin del amor.
sábado, 8 de octubre de 2016
Diminuto robot
Te observo mientras limpias el polvo.
Son mis ojos los que hacen que te muevas de un lugar para otro.
Rítmicamente.
Cada movimiento tuyo, lo ha debido escribir alguien antes.
Todo está bien, así es perfecto.
Sé en qué lugar estás en cualquier momento.
Cuando los cierro escapas.
Te distraes en los cuentos,
haces filigranas con los dedos
y compones canciones sobre el fin del tiempo.
Cuando los abro, sigues limpiado.
Cuando los cierro, sueñas que yo soy el muerto.
Son mis ojos los que hacen que te muevas de un lugar para otro.
Rítmicamente.
Cada movimiento tuyo, lo ha debido escribir alguien antes.
Todo está bien, así es perfecto.
Sé en qué lugar estás en cualquier momento.
Cuando los cierro escapas.
Te distraes en los cuentos,
haces filigranas con los dedos
y compones canciones sobre el fin del tiempo.
Cuando los abro, sigues limpiado.
Cuando los cierro, sueñas que yo soy el muerto.
Era lo suficientemente grande para caer por él,
y caíste,
y nadie te hizo caso.
Fue solo un segundo.
Sabes que tienes que estar atento,
siempre atento.
¿No ves que crecen abismos tu paso?
Por suerte no desapareciste.
Quedaste atrapado en él, durante horas,
sin que nadie te echara una mano,
como esa papelera de la que hablamos antes.
Cuando te rescataron
tan solo te quedaba la mitad del cuerpo.
jueves, 6 de octubre de 2016
El abismo ha llegado a Mandril
El abismo ha llegado a Mandril
Apenas mide un centímetro, pero a diario crece tres.
A nadie le importa.
Parece como si no te hubieras dado cuenta,
como si fuera una papelera caída
que lleva semanas en el suelo
y nadie se acerca.
Como si las papeleras se levantaran solas.
Apenas mide un centímetro, pero a diario crece tres.
A nadie le importa.
Parece como si no te hubieras dado cuenta,
como si fuera una papelera caída
que lleva semanas en el suelo
y nadie se acerca.
Como si las papeleras se levantaran solas.
miércoles, 5 de octubre de 2016
Soy un insecto, ¿y qué?
Y a pesar de todo
contemplo el mundo desde lo más alto.
Tomo notas sobre el final del hombre
mientras se aproxima el abismo.
Los aviones me sobrevuelan.
Tarde o temprano caerán.
contemplo el mundo desde lo más alto.
Tomo notas sobre el final del hombre
mientras se aproxima el abismo.
Los aviones me sobrevuelan.
Tarde o temprano caerán.
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