Desde el mismo momento en el que uno decide ser poeta comienzan las dificultades: no sé francés, mi camiseta a rayas ha encogido, mi pipa ha desaparecido durante la mudanza.
domingo, 30 de octubre de 2016
Vivir en un perpetuo terremoto
A veces quisiera llegar a lo tranquilo,
¿pero las dulces tierras de lo apacible, acaso no están sembradas por la vergüenza,
por cierto silencio cómplice,
por la quietud del cadáver?
¿Acaso esas tierras que soñamos donde por fin nada pasa, no son en realidad la pesadilla
donde cerrar los ojos?
Escapar de lo real en avión supersónico, siempre es en vano. La realidad llega antes.
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