Desde el mismo momento en el que uno decide ser poeta comienzan las dificultades: no sé francés, mi camiseta a rayas ha encogido, mi pipa ha desaparecido durante la mudanza.
lunes, 21 de noviembre de 2016
Aunque el aire sea denso y me cubra de miasmas,
me siento poderoso en mi zona de confort.
Cuando salgo a la calle, me gusta gusta mirar las grietas.
Puedo ver el fuego incandescente allá abajo.
El terremoto comenzará a las 13:30.
Me juego la existencia.
Miro atrás
y veo mi piso tal cual es;
como una casa de muñecas.
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