Los del Partido Patricio,
los que tienen el megáfono,
a los que solo se les oye su voz,
dicen que los del Partido Democrático
deberíamos pasar la vida en el sueño profundo,
más pesadilla que otra cosa,
donde es difícil escapar.
Desde el mismo momento en el que uno decide ser poeta comienzan las dificultades: no sé francés, mi camiseta a rayas ha encogido, mi pipa ha desaparecido durante la mudanza.
martes, 28 de febrero de 2017
Con mis nuevos ojos has cambiado
Desde el transplante de ojos, te veo de otra manera.
Ya no eres el monstruo al que evito y tanto temo.
Simplemente eres un hombre, tal como yo,
con el rostro quemado,
exactamente igual que yo.
Ya no eres el monstruo al que evito y tanto temo.
Simplemente eres un hombre, tal como yo,
con el rostro quemado,
exactamente igual que yo.
lunes, 27 de febrero de 2017
Algunos muertos tienen el sueño muy profundo, bueno, todos
Muerto.
Tú que estás allí, en el pasado,
te escribo.
Descenderé escaleras abajo hasta llegar a lo oscuro,
donde te encuentras.
Duermes en el Tártaro el sueño sin sueño.
Abre los ojos.
Deja de ser sombra.
¿Qué?,
¿Yaces desde milenios y olvidaste despertar?
¿No dices nada?
¿Por qué callas a mis preguntas?
¿No quieres venir al mundo de los vivos para alertarles del frío que les espera,
o por lo menos, contar tus recuerdos?
De verdad que eres silencioso, muerto,
parece como si hubieras perdido la lengua,
como si nunca hubieras sido cuerpo.
Tú que estás allí, en el pasado,
te escribo.
Descenderé escaleras abajo hasta llegar a lo oscuro,
donde te encuentras.
Duermes en el Tártaro el sueño sin sueño.
Abre los ojos.
Deja de ser sombra.
¿Qué?,
¿Yaces desde milenios y olvidaste despertar?
¿No dices nada?
¿Por qué callas a mis preguntas?
¿No quieres venir al mundo de los vivos para alertarles del frío que les espera,
o por lo menos, contar tus recuerdos?
De verdad que eres silencioso, muerto,
parece como si hubieras perdido la lengua,
como si nunca hubieras sido cuerpo.
Recuerdo del poeta de la vida moderna
Te leo.
Descubro en tus recuerdos marcas de aguas
que me saben a sal.
Vives en la penumbra,
y cuando cierras la ventanilla,
quieres transcender.
"Un poema al día son 365 al año"-Dices.
"Un libro entero".
Un golpe de viento te arrastra junto a los otros.
Tu libro se desintengra en mis manos.
Descubro en tus recuerdos marcas de aguas
que me saben a sal.
Vives en la penumbra,
y cuando cierras la ventanilla,
quieres transcender.
"Un poema al día son 365 al año"-Dices.
"Un libro entero".
Un golpe de viento te arrastra junto a los otros.
Tu libro se desintengra en mis manos.
domingo, 26 de febrero de 2017
Cuaderno de poesía del poeta transgénico mejorado
Hola.
Ya he nacido.
Para abrir mis ojos tan solo tienes que morir tú,
poeta del pasado,
también llamado, oh, poeta de la vida moderna.
Ya he nacido.
Para abrir mis ojos tan solo tienes que morir tú,
poeta del pasado,
también llamado, oh, poeta de la vida moderna.
Ayer estuve en una charla sobre el colapso,
Temor a que el abuso en su continua marcha histórica,
sin cesar,
descubra que en las espinacas de hombres y mujeres
su recién adquirida nueva fuerza
y se diluya la esperanza de lo bello.
Esa belleza que emerge, por otra parte desde siempre.
Y aquí estamos, en la encrucijada,
en el camino de las inercias,
o en el inicio de la senda de lo amistoso y fértil.
Temor a que el abuso en su continua marcha histórica,
sin cesar,
descubra que en las espinacas de hombres y mujeres
su recién adquirida nueva fuerza
y se diluya la esperanza de lo bello.
Esa belleza que emerge, por otra parte desde siempre.
Y aquí estamos, en la encrucijada,
en el camino de las inercias,
o en el inicio de la senda de lo amistoso y fértil.
lunes, 20 de febrero de 2017
El carnet secreto
Puedes llamarlo como quieras,
incluso es probable que tenga más de mil nombres.
Escribo los primeros carnets del partido de la plebe
y que entrego a mis amigos en un acto secreto.
Estoy pensando en los principios, deberán ser poderosos,
capaces de arrinconar a la nada hacia un delicioso sentido,
y que como una fuerza imparable, aunque nueva, atraviese los dominios de la locura universal,
y establezca aquí, en un bar o piso cualquiera,
la diminuta energía, el minúsculo punto apenas visible,
el inicio,
que con algo de suerte consiga cambiar las formas del cosmos.
incluso es probable que tenga más de mil nombres.
Escribo los primeros carnets del partido de la plebe
y que entrego a mis amigos en un acto secreto.
Estoy pensando en los principios, deberán ser poderosos,
capaces de arrinconar a la nada hacia un delicioso sentido,
y que como una fuerza imparable, aunque nueva, atraviese los dominios de la locura universal,
y establezca aquí, en un bar o piso cualquiera,
la diminuta energía, el minúsculo punto apenas visible,
el inicio,
que con algo de suerte consiga cambiar las formas del cosmos.
Fin de semana en el planeta de los simios
El envoltorio sulfuroso que cierra mi ciudad se separa.
Se abre una puerta para poder llegar al cielo,
a ese planeta que observo con mis prismáticos al caer la noche
y que ensueño,
donde los monos hablan,
donde hombres y las mujeres de cualquier nacionalidad
fueron recibidos con los brazos abiertos e hicieron fortuna.
También rieron con los extraños bailes y danzas,
que ofrecían los simios al visitante,
y sus volteretas de espaldas.
Y yo,
me quedé aquí.
Nunca salí del país.
Nubes de ácido sulfúrico envuelven mi ciudad
sábado, 18 de febrero de 2017
Notas del Hombre Invisible a su novia.
Al principio te gustaba salir conmigo.
Había algo en lo invisible que me hacía especial,
algo poderoso,
y sin embargo, era exactamente todo lo contrario.
No ser visto, lo sabes, es la caída.
Tengo que dejar señales que anuncien que todavía estoy,
pequeñas pruebas que confirmen mi existencia,
sino te volverás loca,
hablando sola, creyendo que estoy a tu lado.
Y no es que te haya abandonado,
lo más probable que simplemente haya muerto en mi cuarto.
Había algo en lo invisible que me hacía especial,
algo poderoso,
y sin embargo, era exactamente todo lo contrario.
No ser visto, lo sabes, es la caída.
Tengo que dejar señales que anuncien que todavía estoy,
pequeñas pruebas que confirmen mi existencia,
sino te volverás loca,
hablando sola, creyendo que estoy a tu lado.
Y no es que te haya abandonado,
lo más probable que simplemente haya muerto en mi cuarto.
A la hora del café
Permíteme que te sonría, nada has de temer de mí.
¿Por qué crees que tengo un botón de la muerte en el pecho?
Cuando quieras puedes tocarlo
sin previo aviso.
Dicen que el desvanecimiento es como un gran vapor,
que los recuerdos, de repente, dejan de estar,
y yo,
dejo de ser.
¿Por qué crees que tengo un botón de la muerte en el pecho?
Cuando quieras puedes tocarlo
sin previo aviso.
Dicen que el desvanecimiento es como un gran vapor,
que los recuerdos, de repente, dejan de estar,
y yo,
dejo de ser.
jueves, 16 de febrero de 2017
Convertirse en el viejo jefe de Pequeño Gran Hombre
Tenemos la obligación de moral de convertirnos en ese viejo jefe de Pequeño Gran Hombre,
¿lo recuerdas?,
¿no le viste entonces, cuando todavía tu cuerpo podía transformarse en cualquier cosa?
Todavía es posible morir en la montaña, creo, aunque éstas se alejen cada vez más de nosotros.
Morir en el momento justo, ¿verdad?
en vez de en tu hospital de referencia, aterrorizado.
Tenemos que ser él, atravesar la batalla,
caminar, dignamente, mientras los soldados destrozan el cráneo de los recién nacidos.
Para algo nos tenía que servir la vida en el Tártaro, lejos de las miradas.
Convertirse en él.
Abrir la boca.
Que cada palabra diga cosas:
velos que caen, maravillosas.
¿lo recuerdas?,
¿no le viste entonces, cuando todavía tu cuerpo podía transformarse en cualquier cosa?
Todavía es posible morir en la montaña, creo, aunque éstas se alejen cada vez más de nosotros.
Morir en el momento justo, ¿verdad?
en vez de en tu hospital de referencia, aterrorizado.
Tenemos que ser él, atravesar la batalla,
caminar, dignamente, mientras los soldados destrozan el cráneo de los recién nacidos.
Para algo nos tenía que servir la vida en el Tártaro, lejos de las miradas.
Convertirse en él.
Abrir la boca.
Que cada palabra diga cosas:
velos que caen, maravillosas.
miércoles, 15 de febrero de 2017
La teoría mandrileña del amor
Tengo miedo de ser el el licántropo,
el afectado por la experiencia central de la vida moderna.
En los documentales dicen que los aullidos nocturnos
tienen su origen en las conquistas de los años 60´.
Yo no lo creo,
es pura propaganda para dejarnos todavía más solos,
pero rodeados de ojos.
el afectado por la experiencia central de la vida moderna.
En los documentales dicen que los aullidos nocturnos
tienen su origen en las conquistas de los años 60´.
Yo no lo creo,
es pura propaganda para dejarnos todavía más solos,
pero rodeados de ojos.
No es nada personal
"No es personal"- ha dicho el robot poeta en sus declaraciones al diario El País.
Escribe mil poemas por hora.
Los poetas tienen restringido su paso al Corte Inglés,
dicen que se llevan a escondidas botellas de Amareto.
Arrastran los pies,
se les ve rebuscando en las basuras,
recogiendo las colillas del suelo .
Por las noches, envueltos en mantas, comienzan a arder.
Ensueñan su último poema, pero ni siquiera tienen un cuaderno.
Y las velas que los iluminan los mata.
Escribe mil poemas por hora.
Los poetas tienen restringido su paso al Corte Inglés,
dicen que se llevan a escondidas botellas de Amareto.
Arrastran los pies,
se les ve rebuscando en las basuras,
recogiendo las colillas del suelo .
Por las noches, envueltos en mantas, comienzan a arder.
Ensueñan su último poema, pero ni siquiera tienen un cuaderno.
Y las velas que los iluminan los mata.
martes, 14 de febrero de 2017
El robot poeta
Ha llegado un nuevo poeta a la ciudad, te busca.
En la soledad de tu estudio, en la tertulia, con tus amigos,
en la calidez del amargo café, durante tus paseos por el parque,
justo antes de escribir tus primeros versos,
él te disparará.
Allí donde te ocultes, el robot poeta te encontrará.
De nada sirve esconderse.
El futuro ha llegado:
ha de matarte.
En la soledad de tu estudio, en la tertulia, con tus amigos,
en la calidez del amargo café, durante tus paseos por el parque,
justo antes de escribir tus primeros versos,
él te disparará.
Allí donde te ocultes, el robot poeta te encontrará.
De nada sirve esconderse.
El futuro ha llegado:
ha de matarte.
sábado, 11 de febrero de 2017
Aparición del espíritu de una taza del Ikea
Los primeros en llegar fueron los dioses.
Después los reyes.
También los sacerdotes quisieron ser eternos,
y más tarde la plebe, que exigió con fuego su trozo de alma.
Después, a más distancia, Los Otros, las mujeres, los niños.
Los híbridos de las colonias.
Y ahora ha llegado el tiempo de las cosas.
Nos arrodillábamos ante su imagen.
Había algo de sagrado en ellas.
Tenían rostro de vírgenes y santos.
Después llegó el aura de la mercancía.
Hasta que ayer ocurrió lo inevitable:
se me apareció el espíritu de una taza desgastada y en uso del Ikea.
En otras palabras, cualquier cosa.
A estas alturas podría estar muerta, y sin embargo me observa.
No es que respire, todavía no habla,
pero anuncia su llegada, quizá por miles.
¿Podría ser la divinidad de las tazas?
¿Su ser auténtico?
No es fácil destruirla en cuanto que ya tiene su propio rostro y mirada.
Es hija de las máquinas, de seres sin tiempo, muy parecidos a mí,
y simultaneamente, también es hija del tiempo libre.
Si no me equivoco, es el preámbulo de Nuestra Señora de la Renta Básica.
miércoles, 8 de febrero de 2017
Orgía
En mis sueño eróticos nos habremos desembarazado de las puertas.
Miriadas de hombres insignificantes podrán entrar en mi república ridícula.
Yo mismo seré de ellos.
Sorpréndete, porque Moloch habrá muerto
o se encontrará gravemente afectado,
y Nuestra Señora se encargará de ponerlo todo del revés,
¿hay algo más sensual que eso?
Trato de buscar su rostro brumoso,
pero me confundo con el de tantos,
¿o acaso es el mismo?
¿Qué será del hombre menguante?
Que algún día desaparecerá el hombre menguante, no hay duda.
Reducido a la mínima expresión,
de tal manera, que será como si no existiera.
O tal vez será reemplazado por otra cosa, por algo parecido a un hombre,
o por el mismísimo robot,
que protesta poco y consume menos energía aun,
pero que carece de sueños.
O quizá, el hombre menguante se eleve a cotas de enormidad fabulosas
y emerja de esta bruma por millones,
atravesando el Rubicón prohibido.
Reducido a la mínima expresión,
de tal manera, que será como si no existiera.
O tal vez será reemplazado por otra cosa, por algo parecido a un hombre,
o por el mismísimo robot,
que protesta poco y consume menos energía aun,
pero que carece de sueños.
O quizá, el hombre menguante se eleve a cotas de enormidad fabulosas
y emerja de esta bruma por millones,
atravesando el Rubicón prohibido.
Es impresionante observar el rostro de mis contemporáneos.
Lo hago mientras camino, en el autobús, en cualquier lado.
Por sus miradas
parece que no supieran el lio en el que están metidos.
Quizá no les apetece pensar en ello.
Desde luego, nunca hablan del asunto secreto,
del sendero estrecho,
de la caída inevitable.
De todas las posibles,
¿cual será su opinión sobre su propia existencia?
Lo hago mientras camino, en el autobús, en cualquier lado.
Por sus miradas
parece que no supieran el lio en el que están metidos.
Quizá no les apetece pensar en ello.
Desde luego, nunca hablan del asunto secreto,
del sendero estrecho,
de la caída inevitable.
De todas las posibles,
¿cual será su opinión sobre su propia existencia?
lunes, 6 de febrero de 2017
El hombre de la cara azul
Visto así, parece un marciano,
un hombre del cosmos:
(el rosto de un hombre gigantesco, que se asoma en el horizonte).
Y sin embargo es menguante,
vive entre los cuantos,
es pura partícula.
Invisible de lo pequeño que es.
Yo diría que si fuera algo sería un microbio.
Quizá una bacteria.
Eso es, una bacteria.
un hombre del cosmos:
(el rosto de un hombre gigantesco, que se asoma en el horizonte).
Y sin embargo es menguante,
vive entre los cuantos,
es pura partícula.
Invisible de lo pequeño que es.
Yo diría que si fuera algo sería un microbio.
Quizá una bacteria.
Eso es, una bacteria.
sábado, 4 de febrero de 2017
Sobre el sinsentido
Que de sinsentido esté hilvanado el cosmos
ferozmente,
no debería empujarme hacia mí mismo,
al repliegue,
por muy perturbador que se empeñe.
Hay cierto encanto, es cierto,
pero también es cierto que en el ensimismamiento,
podría abandonar a los otros,
a lo político,
y yo también estoy hecho de eso.
Desplegarse entonces,
antes de que la crueldad arrincone los últimos reductos del sentido.
ferozmente,
no debería empujarme hacia mí mismo,
al repliegue,
por muy perturbador que se empeñe.
Hay cierto encanto, es cierto,
pero también es cierto que en el ensimismamiento,
podría abandonar a los otros,
a lo político,
y yo también estoy hecho de eso.
Desplegarse entonces,
antes de que la crueldad arrincone los últimos reductos del sentido.
viernes, 3 de febrero de 2017
El gobierno ético de los vecinos
Un crecimiento incontrolado del pelo te aleja de nosotros,
y a demás, no sabes hablar español.
Por eso doy mi apoyo al gobierno ético de vecinos,
porque tú no has llegado a este mundo para sentir exclusivamente el dolor.
miércoles, 1 de febrero de 2017
Amabilidad como principio democrático
Me pregunto por el espíritu de este tiempo,
por esa cosa que nos atraviesa
y que podrá ser leída cuando todos estemos muertos.
Me pregunto por sus formas,
por su rostro, si es que lo tiene.
O quizá no exista.
Quizá haya muerto de viejo.
Y en algún lado esté naciendo de nuevo.
Y si existe, que sea amable, por favor,
¿o es que la amabilidad no puede ser incluida
en eso que llamo los principios democráticos,
y de los que nadie habla?
por esa cosa que nos atraviesa
y que podrá ser leída cuando todos estemos muertos.
Me pregunto por sus formas,
por su rostro, si es que lo tiene.
O quizá no exista.
Quizá haya muerto de viejo.
Y en algún lado esté naciendo de nuevo.
Y si existe, que sea amable, por favor,
¿o es que la amabilidad no puede ser incluida
en eso que llamo los principios democráticos,
y de los que nadie habla?
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