Lo casual es un poeta encaramado a un andamio
construyendo una cárcel con sus propias manos.
Casual es ser tocado por el gran dedo de Moloch,
aunque todos estamos señalados,
elevarse a los cielos,
caer,
ser expulsado del mundo por el Destructor
que repliega de continuo tus fuerzas.
Casual es el azul de la tristeza,
ese azul cianótico, exótico, oriental, repulsivo.
Casual es subir al último piso del edificio más algo
por la escalera, siempre por la escalera,
buscar algo en el horizonte
y en la caída
vislumbrar durante un instante el futuro.
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