Quédate en casa,
envuélvete en el fuego si te apetece,
fuma,
bebe Amaretto,
come bollos rellenos de crema
pero aléjate del ojo,
de mi ojo,
de nosotros,
o es que todavía no te has dado cuenta
que tu mera presencia me hace daño,
turbia el aire,
y cubre de espinas la vista.
Escucha el canto de las sirenas al caer la noche,
es hora del regreso,
del descenso a la alcantarilla.
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