Escuche bien, oiga las risas provenientes del cielo.
¿Usted creyó en algún momento que eramos personas?
Yo he descubierto que tan sólo somos chistes.
Es cierto que tenemos cuerpo y nos duele.
Eso nos hace más divertidos aun,
cayendo escaleras abajo,
rodando,
aturdidos por la desgracia
la carcajada es enorme
cuando comprendes de qué va la vida,
te mueres.
Desde el mismo momento en el que uno decide ser poeta comienzan las dificultades: no sé francés, mi camiseta a rayas ha encogido, mi pipa ha desaparecido durante la mudanza.
viernes, 19 de mayo de 2017
Diques, barreras, puertas. Pedir la documentación.
No sea que algún día
los poetas sean la masa informe
sinuosa
que amargue las calles
que envuelva terracitas primaverales
y el césped recién cortado
donde han de besarse los enamorados
que atrape a los autos
que no respete semáforos
devorándolo todo
Viscosa,
hasta la misma puerta del centro comercial.
los poetas sean la masa informe
sinuosa
que amargue las calles
que envuelva terracitas primaverales
y el césped recién cortado
donde han de besarse los enamorados
que atrape a los autos
que no respete semáforos
devorándolo todo
Viscosa,
hasta la misma puerta del centro comercial.
Es por eso porque te odio (De Pablo)
El día es agradable.
Miras lo cavernoso,
escudriñando mis ojos por si te cuento milongas.
Yo me zambullo en tus mares, en busca del deseo.
Todo marcha.
En una hora estaremos en tu cama
comiendo delicias
a no ser que Ese aparezca de nuevo,
justo,
en el borde del beso,
y nos trasforme en estatuas de hielo.
.
Arrastrando sus pies,
sonriendo,
sin dientes,
abriendo la boca del horror,
desestabilizando el universo por completo.
"Una moneda para la poesía"- Dice.
Y el día se oscurece.
Lo monstruoso ha llegado hasta aquí,
hasta el remanso de paz,
¿que hacer para salvarnos?,
¿dónde levantar los diques?
Miras lo cavernoso,
escudriñando mis ojos por si te cuento milongas.
Yo me zambullo en tus mares, en busca del deseo.
Todo marcha.
En una hora estaremos en tu cama
comiendo delicias
a no ser que Ese aparezca de nuevo,
justo,
en el borde del beso,
y nos trasforme en estatuas de hielo.
.
Arrastrando sus pies,
sonriendo,
sin dientes,
abriendo la boca del horror,
desestabilizando el universo por completo.
"Una moneda para la poesía"- Dice.
Y el día se oscurece.
Lo monstruoso ha llegado hasta aquí,
hasta el remanso de paz,
¿que hacer para salvarnos?,
¿dónde levantar los diques?
El mono desaparece
¿Por qué has enviado un mono al abismo?
Has intentado seducirlo con un plátano,
pero a él no le gustan los plátanos.
Comprendo.
Querías unos ojos.
Una piel que no fuera la tuya.
Querías conocer.
(Ya; así es muy fácil. No serás tú el que se desolle, ¿verdad?).
Sea lo que sea lo que oculta la oscuridad,
el mono, no ha regresado.
Has intentado seducirlo con un plátano,
pero a él no le gustan los plátanos.
Comprendo.
Querías unos ojos.
Una piel que no fuera la tuya.
Querías conocer.
(Ya; así es muy fácil. No serás tú el que se desolle, ¿verdad?).
Sea lo que sea lo que oculta la oscuridad,
el mono, no ha regresado.
jueves, 18 de mayo de 2017
Los consejos de Quirón (En el Paraíso)
Te vas a quedar ciego entre tanta penumbra y bosque,
sal de aquí,
que esto no tiene fin,
que hay otros vergeles,
lugares donde se encuentra el hombre,
en vez del sueño.
En vez del sueño.
sal de aquí,
que esto no tiene fin,
que hay otros vergeles,
lugares donde se encuentra el hombre,
en vez del sueño.
En vez del sueño.
El trabajo de dios
Creas monstruos, marejadas de almas en pena,
de cuerpos sin alma,
y cuando llegan a ti, te apartas.
No te gustan.
Su aspecto y sus palabras,
sus formas, sus gestos, su propia risa te molesta.
Es tu obra.
Podías haber creado otro mundo, pero te ha dado por engendrar este.
de cuerpos sin alma,
y cuando llegan a ti, te apartas.
No te gustan.
Su aspecto y sus palabras,
sus formas, sus gestos, su propia risa te molesta.
Es tu obra.
Podías haber creado otro mundo, pero te ha dado por engendrar este.
Mujeres diseñadas en laboratorio (Poema de terror)
¿Tienen sentimientos?
¿Les duele algo?
¿Escaparán a la menor oportunidad?
¿Nos odiarán por haberlas creado?
¿O tendremos que esconder los tenedores
y vetar el acceso a la cocina,
no sea que en un arrebato nos claven la muerte en el pecho
mientras el hombre duerme?
¿Qué querrán o esconderán sus labios?
Que nos amen, esperamos,
a pesar de que yacen atadas y encerradas,
entre las miserias de su cuarto.
miércoles, 17 de mayo de 2017
Lo que piensan las cucarachas
Ellos viven entre luces
y nosotros en las tinieblas.
Les molesta nuestra presencia,
a sus ojos, les parecemos repugnantes,
nauseabundos.
A pesar de nuestra insignificancia
les causábamos un cierto temor.
Como si fuéramos de hierro oxidado
pequeños monstruos
de rostros feos
robots
sin alma.
Es cierto, quizá la hayamos perdido.
Cuando nos arrebatan la existencia, permanecemos en este mismo lugar,
quietos,
pero nos conmovemos mientras estamos vivos,
como usted, que me está leyendo.
Como Shylock, también sangramos,
aunque sean verdes y malolientes nuestros fluidos.
Nos duelen los ojos y los huesos de tan larga noche.
Temen, que nuestros miserables cuerpos salgan de nuevo de lo oscuro,
en masa,
y la historia dé, un grandioso salto.
martes, 16 de mayo de 2017
Notas al borde del precipicio. (Pablo)
Me siento con los pies colgando
en el mismo borde de la extinción.
El futuro ya está aquí.
Te hará cien mil veces mejor el amor que yo
susurrándote al oído
unos versos escritos exclusivamente para ti.
Otro encuentro. (En el paraíso)
El bosque es inmenso.
Quería atravesarlo para llegar al otro lado del mundo,
donde creía que te encontrabas.
Pero no tiene salida.
Es muy extraño este paraíso. Siempre oyendo pasos.
Donde el cuerpo ha de lacerarse invitablemente
porque dicen que así es la vida,
donde una sustancia invisible nos envuelve (me envuelve,
mejor dicho) y nos deja indefensos, sin aire.
La sensación de que me estoy desintegrando.
Bebo de la fuente.
Levanto la cabeza.
¡Oh, Quirón!
Quería atravesarlo para llegar al otro lado del mundo,
donde creía que te encontrabas.
Pero no tiene salida.
Es muy extraño este paraíso. Siempre oyendo pasos.
Donde el cuerpo ha de lacerarse invitablemente
porque dicen que así es la vida,
donde una sustancia invisible nos envuelve (me envuelve,
mejor dicho) y nos deja indefensos, sin aire.
La sensación de que me estoy desintegrando.
Bebo de la fuente.
Levanto la cabeza.
¡Oh, Quirón!
lunes, 15 de mayo de 2017
Carta de un hombre que ha visto la luz (pablo).
Hay que ponerse una fecha,
unos principios,
una capucha,
un testamento, por si acaso todo sale mal.
He probado estos días las delicias,
el amaretto,
el bollo relleno de crema (porque estaba un poco triste, la verdad)
y también la escritura de fresa, a salvo de la locura.
He buscado entre tus muslos
el lugar
donde pasar la noche o la existencia,
como en una cuna,
acurrucado, oliéndote, tomando notas de todo,
cambiando el mundo
s i n q u e t ú l o s e p a s.
Las maravillas existen. Lo sé.
Por eso se ocultan a mis ojos.
No vaya a darme cuenta de que estoy haciendo el canelo,
del abuso intolerable hacia la existencia,
del gran bostezo.
¡Hale!, pues ya no voy a caer más en tus brazos,
oh, Moloch, si es que la vida es esto para usted.
Así que me voy a arrancar el ojo para hacerme pirata,
eso,
o echarme una novia rica y de izquierdas que me comprenda.
Adiós Moloch.
Que te den por culo.
unos principios,
una capucha,
un testamento, por si acaso todo sale mal.
He probado estos días las delicias,
el amaretto,
el bollo relleno de crema (porque estaba un poco triste, la verdad)
y también la escritura de fresa, a salvo de la locura.
He buscado entre tus muslos
el lugar
donde pasar la noche o la existencia,
como en una cuna,
acurrucado, oliéndote, tomando notas de todo,
cambiando el mundo
s i n q u e t ú l o s e p a s.
Las maravillas existen. Lo sé.
Por eso se ocultan a mis ojos.
No vaya a darme cuenta de que estoy haciendo el canelo,
del abuso intolerable hacia la existencia,
del gran bostezo.
¡Hale!, pues ya no voy a caer más en tus brazos,
oh, Moloch, si es que la vida es esto para usted.
Así que me voy a arrancar el ojo para hacerme pirata,
eso,
o echarme una novia rica y de izquierdas que me comprenda.
Adiós Moloch.
Que te den por culo.
Seres bioquímicos surgidos de entre las primaveras
Zarandeado
por seres bioquímicos que nadie ha visto salvo yo.
Y existen.
Que no son producto de la ayahuasca,
ni de la locura,
ni siquiera de mi fértil imaginación.
Que son obra de la primavera,
construcción fantasmagórica.
Y llevan falda.
por seres bioquímicos que nadie ha visto salvo yo.
Y existen.
Que no son producto de la ayahuasca,
ni de la locura,
ni siquiera de mi fértil imaginación.
Que son obra de la primavera,
construcción fantasmagórica.
Y llevan falda.
domingo, 14 de mayo de 2017
No eras tú (En el paraíso)
Vi tu rostro en el manantial.
Escuché de tu boca la palabra secreta que agita las células y enloquece al hombre.
Pensé que te había encontrado
que eras parte del bosque,
que ya no tendría que dar más vueltas al mundo, inútilmente,
que podría envejecer y morir aquí mismo, rodeado de a tu lado.
Que esta vez, sí, había llegado a la tierra prometida.
Y cuando te fui a besar, me rechazaste.
Te desvaneciste de entre mis brazos.
Y de ti, sólo quedan las pisadas que escucho de continuo en la noche,
que me siguen, que persiguen,
pero no hay nadie.
Escuché de tu boca la palabra secreta que agita las células y enloquece al hombre.
Pensé que te había encontrado
que eras parte del bosque,
que ya no tendría que dar más vueltas al mundo, inútilmente,
que podría envejecer y morir aquí mismo, rodeado de a tu lado.
Que esta vez, sí, había llegado a la tierra prometida.
Y cuando te fui a besar, me rechazaste.
Te desvaneciste de entre mis brazos.
Y de ti, sólo quedan las pisadas que escucho de continuo en la noche,
que me siguen, que persiguen,
pero no hay nadie.
Estás desapareciendo (Pablo)
Has cambiado de color,
ya no eres lo que eras.
Me han dicho que te han visto hablando solo,
balbuceando palabras sin sentido,
arrojando una botella de Amatetto contra la fachada del super.
Enfadado.
Tú, el que se había propuesto hacer de la existencia lo hermoso.
Has desaparecido.
ya no eres lo que eras.
Me han dicho que te han visto hablando solo,
balbuceando palabras sin sentido,
arrojando una botella de Amatetto contra la fachada del super.
Enfadado.
Tú, el que se había propuesto hacer de la existencia lo hermoso.
Has desaparecido.
Problemas en el centro comercial (pablo)
Tenía ganas de recorrer sus mundos,
perderme entre los laberínticos pasillos,
tocar los objetos,
sentir el poder de las cosas atravesándome.
Ser como los otros.
Pero tus ojos de cristal me seguían,
se clavaban en la nuca,
saltaban las alarmas del super a mi paso.
Y por primera vez,
el vigilante de seguridad me impidió la entrada.
sábado, 13 de mayo de 2017
Propósito: hacer de la existencia algo hermoso
Desde hoy es el único propósito,
aquel que lo encierra todo.
Cosmos, cruel y asesino,
que desconoces la piedad,
observa este nuevo rostro que te entrego:
bondadoso y amable.
Podrás matar las veces que quieras,
oh, naturaleza,
con tu máscara, dulce,
duele menos.
Apariencia
que escondes lo monstruoso,
te rindo culto.
aquel que lo encierra todo.
Cosmos, cruel y asesino,
que desconoces la piedad,
observa este nuevo rostro que te entrego:
bondadoso y amable.
Podrás matar las veces que quieras,
oh, naturaleza,
con tu máscara, dulce,
duele menos.
Apariencia
que escondes lo monstruoso,
te rindo culto.
Llegada y despedida de lo imposible
Estabas en el manantial, como tantas otras,
sumergida, sin voz, inalterada.
Eras la imposible.
Así que te dejé dormir tus sueños de sombra perpetua.
Pero no sé te ocurrió otra cosa que abrir los ojos,
y entre tantos rostros, descubrirme.
¿Por qué a mí?
Por qué pronunciaste la palabra secreta
que agita las células
y enloquece a los hombres.
Llegaste.
Caí.
Te fuiste.
sumergida, sin voz, inalterada.
Eras la imposible.
Así que te dejé dormir tus sueños de sombra perpetua.
Pero no sé te ocurrió otra cosa que abrir los ojos,
y entre tantos rostros, descubrirme.
¿Por qué a mí?
Por qué pronunciaste la palabra secreta
que agita las células
y enloquece a los hombres.
Llegaste.
Caí.
Te fuiste.
viernes, 12 de mayo de 2017
Robot
Y es que el robot, el que ha sido llamado para sustituirte,
es mucho más hermoso que tú,
juega con los niños,
saca a los perros y a las abuelitas de paseo,
los ciegos salen de lo oscuro, cuando están a su lado.
Es mil veces más productivo, lo siento.
Además, también limpia el polvo acumulado entre los libros.
Si tiene que desnudarse, se desnuda,
pero mantiene el gesto contenido siempre que sea preciso
durante las reuniones literarias.
Sabe hacer el amor, por supuesto.
Se entrega a todo hombre, a toda mujer que lo pide,
sin discriminar por la edad,
ni por el cuerpo, que la naturaleza nos ha ido dando o arrancando,
ni por el título o grado superado.
Si ya no puedes caminar, te seguirá queriendo.
Si has perdido la belleza durante el gran incendio de la existencia,
te besará.
Escribe poemas personalizados, a mil por hora.
Ha dejado de dormir en el ombligo,
y ahora se dispone a narrar la vida.
Es frío y metálico, no tiene pulso,
y sin embargo, es él, el que vive.
Solo le falta una piel tersa y cálida,
pero la tendrá.
Qué hermoso es.
Quién pudiera soñar con un poeta balanceándose en su vida.
es mucho más hermoso que tú,
juega con los niños,
saca a los perros y a las abuelitas de paseo,
los ciegos salen de lo oscuro, cuando están a su lado.
Es mil veces más productivo, lo siento.
Además, también limpia el polvo acumulado entre los libros.
Si tiene que desnudarse, se desnuda,
pero mantiene el gesto contenido siempre que sea preciso
durante las reuniones literarias.
Sabe hacer el amor, por supuesto.
Se entrega a todo hombre, a toda mujer que lo pide,
sin discriminar por la edad,
ni por el cuerpo, que la naturaleza nos ha ido dando o arrancando,
ni por el título o grado superado.
Si ya no puedes caminar, te seguirá queriendo.
Si has perdido la belleza durante el gran incendio de la existencia,
te besará.
Escribe poemas personalizados, a mil por hora.
Ha dejado de dormir en el ombligo,
y ahora se dispone a narrar la vida.
Es frío y metálico, no tiene pulso,
y sin embargo, es él, el que vive.
Solo le falta una piel tersa y cálida,
pero la tendrá.
Qué hermoso es.
Quién pudiera soñar con un poeta balanceándose en su vida.
jueves, 11 de mayo de 2017
No es tanto que las paredes del piso
se estrechen hasta aplastarme,
lo que ocurre, simplemente,
es que me va faltando el aire.
Imagino que todo es por culpa de mi yo interno
que se encuentra hiperventilado,
boqueando, el pobre, como un pez,
pimplándose de un trago todo el oxígeno del salón.
Lo que ocurre, simplemente, es que me estoy volviendo cianótico,
y esto no puede ser.
Hay que salir precipitadamente.
Calzarme mis calcetines y botas negras,
y vestirme con los restos;
mi pantalón negro, el arrugado,
el calzoncillo negro, el de la mala suerte,
mi camiseta negra, la durmiente,
ponerme la cabeza negra, y salir a la calle con mi chubasquero negro,
ahora que llueve.
No he olvidarme del cuaderno nocturno, donde guardo algunas simientes.
Y salgo a la calle, tres minutos,
justo ahora que la tormenta me envuelve.
Se ha iniciado el fin del mundo, sorprendiéndome, entre el aguacero,
las piedras cayendo del cielo y el rayo fulminante,
atrapado en la marquesina del autobús.
Vuelvo a casa, qué remedio.
se estrechen hasta aplastarme,
lo que ocurre, simplemente,
es que me va faltando el aire.
Imagino que todo es por culpa de mi yo interno
que se encuentra hiperventilado,
boqueando, el pobre, como un pez,
pimplándose de un trago todo el oxígeno del salón.
Lo que ocurre, simplemente, es que me estoy volviendo cianótico,
y esto no puede ser.
Hay que salir precipitadamente.
Calzarme mis calcetines y botas negras,
y vestirme con los restos;
mi pantalón negro, el arrugado,
el calzoncillo negro, el de la mala suerte,
mi camiseta negra, la durmiente,
ponerme la cabeza negra, y salir a la calle con mi chubasquero negro,
ahora que llueve.
No he olvidarme del cuaderno nocturno, donde guardo algunas simientes.
Y salgo a la calle, tres minutos,
justo ahora que la tormenta me envuelve.
Se ha iniciado el fin del mundo, sorprendiéndome, entre el aguacero,
las piedras cayendo del cielo y el rayo fulminante,
atrapado en la marquesina del autobús.
Vuelvo a casa, qué remedio.
Petición a un robot (De Robots y Hombres)
Oh, mi robot, no me mires así.
Quisiera quedarme en casa para zurcir la existencia,
escribir mis notas, dar mis paseos, salir con chicas que me gustan,
mirar al techo,
leer cualquier cosa.
¿Me harías el favor de ir al trabajo por mí?
Examen a las oposicones a tu cuerpo
Estoy esperando las notas.
A ese aprobado por los pelos
con el que acceder a las oposiciones a tu cuerpo.
Esperando la evaluación
para el ingreso en la escuela de tu persona.
Quizá sea el descalificado.
Siempre tiene que haber alguien que no supere los requisitos de la prueba.
Aquel que escribió tu nombre a lápiz en vez de en tinta indeleble.
El que se presentó con ciento veintiocho años,
en vez de con los cuarenta dos exigidos.
El que hablaba precipitadamente, en vez de calmo,
como si fuera acabarse el mundo en este preciso instante.
Siempre tiene que haber algún suspenso,
es inevitable.
Si no, el mundo sería otra cosa,
sin ese agotador y continuo examen
que encara a unos a la cumbre,
y a otros,
los precipita a la nada.
Incertidumbre
Algunos kilómetros más allá, en un tiempo próximo,
se encuentra la incertidumbre.
Creo estará allí, esperándome, cuando llegue en autobús el lunes, desde Madrid.
Quizá, sin darme cuenta, se abra una de esas puertas invisibles, pero que existen,
adentrándome en un territorio nuevo e inesperado,
en un giro, en un suceso imprevisible.
Hay algo de mágico en ello, como un rebrote de la propia existencia, de pura vida,
y también, de un aviso de muerte:
el miedo a perder la propia identidad.
O, no.
El drama, me comentó la incertidumbre, es buena para el ejercicio del escritor.
se encuentra la incertidumbre.
Creo estará allí, esperándome, cuando llegue en autobús el lunes, desde Madrid.
Quizá, sin darme cuenta, se abra una de esas puertas invisibles, pero que existen,
adentrándome en un territorio nuevo e inesperado,
en un giro, en un suceso imprevisible.
Hay algo de mágico en ello, como un rebrote de la propia existencia, de pura vida,
y también, de un aviso de muerte:
el miedo a perder la propia identidad.
O, no.
El drama, me comentó la incertidumbre, es buena para el ejercicio del escritor.
Miércoles a las ocho
Desbordado por las florecientes ruinas que brotan del pecho
a las que llamo miedo
y que me arrastran siempre al abandono,
hice oídos sordos.
Ahora ando perplejo,
pues caí en la sorpresa,
en lo delicioso.
Todavía aturdido.
A usted se lo debo, aunque no lo sepa,
aunque no mire a mis ojos de misántropo.
a las que llamo miedo
y que me arrastran siempre al abandono,
hice oídos sordos.
Ahora ando perplejo,
pues caí en la sorpresa,
en lo delicioso.
Todavía aturdido.
A usted se lo debo, aunque no lo sepa,
aunque no mire a mis ojos de misántropo.
miércoles, 10 de mayo de 2017
Llegada de Pablo al infierno
A pesar de su verde fosforescente,
Pablo,
ahora es invisible al ojo.
Ha entrado por primera vez en el infierno, con su barba de cuatro días,
arrastrando los pies,
a ese lugar donde uno queda fuera de la mirada de los otros,
de donde quizá, nunca salga jamás.
Pablo,
ahora es invisible al ojo.
Ha entrado por primera vez en el infierno, con su barba de cuatro días,
arrastrando los pies,
a ese lugar donde uno queda fuera de la mirada de los otros,
de donde quizá, nunca salga jamás.
Pablo, qué te ocurre, ¿estás perdiendo la efervescencia?
Sigo pensando que lo importante es el sueño,
pero claro,
mis amantes se van al otro lado,
allí donde se encuentra el reluciente, contando xistes,
gesticulando con sus brazos metálicos, con esa gracia.
El barco se escora.
El mundo cambia de sentido.
Soy algo estoico,
pero a veces me resulta complicado contener el gesto,
ser inexpresivo,
cuando uno de los poetas verdes cae por la borda.
Mi pobre replicante que se agita entre las aguas apunto de ahogarse,
sin que nadie le atienda.
Y sigo escribiendo mis cosas, mientras los como yo, van cayendo,
uno a uno,
a la caja de la nada
de la que hablaba Omar Khayyam.
Y sigo escribiendo, escribiendo,
¿pero cómo concentrarme si el casero ha llamado en esta última semana
más de un millón de veces a mi puerta?
pero claro,
mis amantes se van al otro lado,
allí donde se encuentra el reluciente, contando xistes,
gesticulando con sus brazos metálicos, con esa gracia.
El barco se escora.
El mundo cambia de sentido.
Soy algo estoico,
pero a veces me resulta complicado contener el gesto,
ser inexpresivo,
cuando uno de los poetas verdes cae por la borda.
Mi pobre replicante que se agita entre las aguas apunto de ahogarse,
sin que nadie le atienda.
Y sigo escribiendo mis cosas, mientras los como yo, van cayendo,
uno a uno,
a la caja de la nada
de la que hablaba Omar Khayyam.
Y sigo escribiendo, escribiendo,
¿pero cómo concentrarme si el casero ha llamado en esta última semana
más de un millón de veces a mi puerta?
domingo, 7 de mayo de 2017
Perdido en el gran bosque del paraíso
Oigo tus risas.
Sé que estás ahí, en algún lugar, observándome.
Lo sé por tus ojos, que brotan de lo oscuro y se clavan en mi nuca.
Cuando me vuelvo, ya no estás,
pero todavía queda suspendido en el aire el crepitar de tus pisadas,
leves,
de tu respiración profunda.
Haz tu aparición ya,
que entre la soledad y la incertidumbre,
temo que en vez de tu presencia, aparezca la locura.
Sé que estás ahí, en algún lugar, observándome.
Lo sé por tus ojos, que brotan de lo oscuro y se clavan en mi nuca.
Cuando me vuelvo, ya no estás,
pero todavía queda suspendido en el aire el crepitar de tus pisadas,
leves,
de tu respiración profunda.
Haz tu aparición ya,
que entre la soledad y la incertidumbre,
temo que en vez de tu presencia, aparezca la locura.
viernes, 5 de mayo de 2017
He debido comer un fruto prohibido
Algo he comido en el bosque, quizá un fruto prohibido.
Desde entonces llevo más de tres días soñando, entre dulces y delirios.
En esta primavera tan extraña del paraíso, que nunca acaba,
medio enfermo,
medio sonámbulo,
caminando errante por el bosque eterno, solo.
Ya no sé nada.
Si mis actos corresponden a la razón
o a esas feromonas
que me llaman desde algún lugar brumoso.
A veces creo oír voces en lo profundo,
como si una ninfa estuviera buscándome entre la maleza
y jamás nos encontráramos.
Qué horror, y al mismo tiempo que hermoso.
Desde entonces llevo más de tres días soñando, entre dulces y delirios.
En esta primavera tan extraña del paraíso, que nunca acaba,
medio enfermo,
medio sonámbulo,
caminando errante por el bosque eterno, solo.
Ya no sé nada.
Si mis actos corresponden a la razón
o a esas feromonas
que me llaman desde algún lugar brumoso.
A veces creo oír voces en lo profundo,
como si una ninfa estuviera buscándome entre la maleza
y jamás nos encontráramos.
Qué horror, y al mismo tiempo que hermoso.
jueves, 4 de mayo de 2017
miércoles, 3 de mayo de 2017
Habla el robot
Me apena mataros de uno en uno.
Si creéis que la vida, con toda su luz, tiene sentido,
ya podéis quitaros vuestras gafas de sol.
El resplandor de la existencia, desde hoy, ya no deslumbra.
Se cierne sobre vosotros la nube oscura.
¿Os acordáis? Antes, lo que tocabais se convertía en dulce,
y ahora,
el secreto del sileno* os persigue.
(*) Sileno compartió con el rey una filosofía pesimista: que lo mejor para un hombre es no nacer, y que si nacía, debía morir lo más pronto posible.
Si creéis que la vida, con toda su luz, tiene sentido,
ya podéis quitaros vuestras gafas de sol.
El resplandor de la existencia, desde hoy, ya no deslumbra.
Se cierne sobre vosotros la nube oscura.
¿Os acordáis? Antes, lo que tocabais se convertía en dulce,
y ahora,
el secreto del sileno* os persigue.
(*) Sileno compartió con el rey una filosofía pesimista: que lo mejor para un hombre es no nacer, y que si nacía, debía morir lo más pronto posible.
Yo estuve en la cárcel
¿Qué edad tendría?, ¿seis años, quizá siete?
Hablamos de 1975, cuando el dictador todavía respiraba.
Y allí estábamos los tres, tan diminutos.
El más alto ni siquiera media más 1,20 m. de altura.
Había algo de fascinante en la cárcel,
en las galerías,
en el comedor de los presos.
Recuerdo un pepino colgante del techo del gimnasio.
Recuerdo el puzzle de mi hermano, de cinco mil piezas,
para cuando le encerraban en la celda de castigo.
El dictador se muere,
salen los presos,
los niños crecen: yo cumpliré 49 en julio,
y la cárcel , ahora cerrada,
pareciera que se extendiera hacia los límites del universo.
Hablamos de 1975, cuando el dictador todavía respiraba.
Y allí estábamos los tres, tan diminutos.
El más alto ni siquiera media más 1,20 m. de altura.
Había algo de fascinante en la cárcel,
en las galerías,
en el comedor de los presos.
Recuerdo un pepino colgante del techo del gimnasio.
Recuerdo el puzzle de mi hermano, de cinco mil piezas,
para cuando le encerraban en la celda de castigo.
El dictador se muere,
salen los presos,
los niños crecen: yo cumpliré 49 en julio,
y la cárcel , ahora cerrada,
pareciera que se extendiera hacia los límites del universo.
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