Salario, creo, nació del huevo de una serpiente,
pero ella, que todavía no ha nacido, brotará de los dedos de los sensatos y los buenos.
Realistas.
Inventores de la democracia.
Ella abrirá los ojos en cualquier momento.
Probablemente tras un referendum o una reforma constitucional,
o simplemente por consenso o mayoría en el legislativo.
Quizá nazca en la asamblea, en el barrio,
tras una experiencia piloto municipal,
pero no sé cuando.
Quizá cuando me alcance la vejez. A demasiada distancia de mí.
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