viernes, 29 de abril de 2016

El dios Trabajo tiene una tos muy fea

Se está muriendo.

Se nos va, el pobre, desintegrándose delante de nuestros ojos.

En las calles, ante las fábricas, en las oficinas,
las gentes se arrodillan y claman al cielo, pidiendo que vuelva,

y encienden velas e incienso, solicitando lo imposible.

Y a las puertas de la ciudad, siempre cerrada, ella espera.
La que no existe.





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