sábado, 23 de abril de 2016

Lo que no dijeron del teletransporte

Descomponer el cuerpo en millones de átomos
y desplazarse en un instante a otra parte del mundo,
es viajar muy despacio.

Se llega antes caminando, aunque pasen diez años.

Porque llega tu cuerpo, muy deprisa, pero atrás se queda tu rostro.
Has dado la vuelta al mundo en un segundo, y no sabes quién eres.

Cuando te vuelvas a encontrar, si es que te encuentras, habrán pasado mil años.





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