Llueve para todos.
Y tú, te encuentras a tan solo un milímetro de mi boca.
Pensaba que estando tan cerca, esta noche vendrías a mi cama,
pero al parecer, no deseas las delicias.
Quizá seas uno de esos fantasmas, o el robot, que arrastra la cadena de la obsolescencia,
o quizá, te guste para los Otros, el sabor amargo e infinito de la necesidad y la preocupación.
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