He visto muchas veces la tierra prometida.
Sé que existe,
pero Jahvé me castigó por contar chistes bastante malos, la verdad,
y eso es imperdonable.
Tiraría de la barba de Jahvé si es que existiera
para saber quién se oculta detrás de él.
Yo creo que una broma.
En definitiva,
no puedo atravesar el rio Jordán.
Siempre crece a mi paso,
y yo, no sé nadar.
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