Lo que veo es un montón de gente confusa
yendo de un sitio a otro,
sin llegar jamás a ningún lado.
Estoy aquí, entre el gentío.
Trato de mirar con distancia los sucesos de la época,
pero la corriente me arrastra, como a todos,
rebotando aquí y allá,
como esas bolas de pinball.
Ahuyentando siempre la muerte con trucos:
que si te amo,
que si duermo en tu cama,
que si ha llegado el día de la siembra,
que si nos hacemos inmortales, escribiendo canciones para los del futuro,
que todavía no existen.
Como una de esas bolas de pinball.
Comienza la partida, a sacudidas,.
Hasta caer, a velocidad supersónica, por el mismo centro del juego,
donde acaba.
La vida podría ser esto, quizá.
O por suerte ser otra cosa.
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