Quisiera escribir mi manual de instrucciones,
por si acaso algún día te atrevieras a adoptarme.
Un manual sencillo,
para que me desenvuelvas sin complicaciones.
A veces, el celofán, me aprieta demasiado.
No me deja respirar.
Quítamelo.
No sé quién existe tras mis plásticos,
pero con unos ojos podré verte.
Ponme unos labios también.
Dame migas de leche,
como a esos gorriones caídos,
y que mueren en cuanto uno se los lleva a casa.
Despiértame del letargo.
Ponme una pila, o dos si es necesario.
Mira en la letra pequeña, en el apartado de hacer feliz.
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