Dejadme abrir las puertas, a ella, que ha llegado de muy lejos,
del futuro,
con un regalo.
Apártate prejuicio, ¿no ves que impides su paso?
Si no dejas entrar al devenir llegarán aquellos con peores intenciones,
licuando lo sólido,
inflamando tu yo, de tal manera, que serás incapaz de ver a los Otros,
y el desastre, entonces, habrá llegado.
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