Ampliar la mirada, abandonar el estrecho margen
donde solo existe este trocito de realidad.
Probar los sabores, adentrarse por calles inexploradas,
conversar con los otros, con aquellos que te ofrecen llaves de puertas abiertas.
Subirte al cohete, atravesar el espacio, llegar a planetas florecientes.
Descubrir existencias.
Tranquilo.
Puedes abandonarte, holgazanear en la hierba el tiempo que plazca, si te place.
Leer un libro cualquiera.
Pero no dudes en ser más inteligente,
más sensible,
y adentrarte.
Atreverse, siempre atreverse.
Alejarse si es preciso, si es que el mundo se empeña en cerrarse.
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