Dices que vivo en el pasado, yo, pero es que el pasado nunca muere.
Está en todos los lados, dejando su impronta,
y se puede convertir en monstruo, si es que tratamos de olvidar.
Está en tus labios sin que te des cuenta, y moldea tu existencia, aunque lo niegues.
No te refugies en el presente continuo para escapar del pasado,
nunca lo conseguirás,
para jamás regresar a ese tiempo que te atraviesa.
Haz como yo, que me gustan los paseos pretéritos, aunque me conmuevan,
y subir a las lomas del presente, donde nunca hay aire.
Otear los futuros aunque me sobrecoja la visión de la muerte,
a la que saludo.
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