Quitarme las vendas y despertar con ojos nuevos.
Descubrir que el mundo ha cambiado.
Que lo horrible no puede verse a simple vista,
que tú, por fin, has dejado de envejecer, y que las miserias adoptan formas inéditas.
Ahora son solo pura apariencia.
Tú también.
Subo a lo alto y solo veo prados y bosques.
Ayer había un vertedero.
Sigue allí, lo que ocurre es que no lo veo.
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