Pudo ser en un pálpito,
o en un sueño, donde las diosas avisan a los hombres, pero no fue.
Sucedió de manera mundana, mediante un cartel en las calles, llamándome,
y yo fui a tu encuentro con deseo e imaginado sexo,
esperando que dejaras de ser concepto y me entregaras tu cuerpo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario