En cuanto corrió el rumor de que te aparecerías en Vila-Real, fui a verte.
Ibas a llegar del futuro para revelar el misterio, entregarnos profecías,
una semilla a cada cada cual.
Pero yo te voy a decir la verdad: solo quería meterme en la cama contigo,
bajarme los calzoncillos.
Y cuando te materializaste, cuando tu cuerpo empezó a tener forma humana,
dejaste de ser esa mujer que imaginaba.
Te salio la barba, te salieron gafas, y yo retrocedí algunos pasos,
replegándome hacia el cuaderno,
y dignamente, como buen solitario,
acabé muriendo un poco.
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