Mi robot se ha roto.
Arrastró piedras durante años.
Me hizo la comida mientras dormía la siesta del carnero.
Fregaba, barría, cantaba, atendía el teléfono,
y ahora está quieto.
Quisiera arreglarlo, pero no sé.
Abro la carcasa, aparto algunos cables,
y descubro que su interior,
se pudre el cuerpo de un niño vietnamita muerto.
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