Para dar la vuelta al mundo desnudo no hace falta equipaje alguno,
ni siquiera unos zapatos.
Quizá algo de valor.
¿Comprenderán mis amigos que me iré del gran Mandril,
qué dejaré el trabajo,
el piso sin pagar hasta mi regreso,
si es que regreso,
y quizá no vuelva a verles?
No sé si podrá soportarlo mi cuerpo de hombre.
Me pregunto algunas cosas:
Si seré inmediatamente detenido, al primer paso.
Si pasaré demasiado frío, en las noches de invierno.
Si al llamar a medianoche a tu casa, me abrirás las puertas.
Quisiera una cama y algo caliente
mientras te cuento mi historia,
¿me la entregarás?
Temo no encontrar fuentes por el camino.
Que las fronteras cierren a mi paso.
Algún día tenía que ocurrir.
Era tal la ansiedad que sentía por dar sentido a mi vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario