Deber ser que hay luna llena.
Lo sé por los pelos.
Porque tengo ganas de comerme a cien mil mujeres crudas.
Ganas de ir al bosque.
Arañar la cara a un gigante.
Adentrarme en la ciudad y prender fuego a la noche.
O al menos aullar,
pero que no que se me oiga demasiado,
no sea que vaya a molestar a alguien.
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