domingo, 4 de septiembre de 2016

Capítulo 15: Un encuentro casual.

Quisiera que los días fueran diferentes.
Me pongo a ello, pero jamás lo consigo.

Si al menos fuera la rutina.
Con un brote de consciencia
o una simple nota al salir de casa,
lo cotidiano se trasformaría,
pero deben ser fuerzas que nadie ha estudiado
las que me arrastran,
las que me llevan aquí y allá.
Quizá sea el deseo, el hábito, el delirio de los locos,
el cordel invisible del universo.
O quizá sea la impronta de mi pequeñez.
O el designio de un ser monstruoso que ríe a grandes carcajadas.

Os juro que trato de incorporar todos los días algo novedoso.
Una calle jamás transitada.
Un sabor diferente.

Pero al final siempre acabo en el mismo lugar de siempre.

Entonces llega lo inesperado. Lo imposible.
Como si alguien llamara a tu puerta. 

Sucede.
Alguien insignificante se ha cruzado conmigo 
elevándose a cotas estratosféricas de significados.

Y por algún tiempo al menos, las realidades cambian de forma.


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