Soy yo el que ha llegado como un intruso a tu reino.
Y he de matarte.
No es nada personal.
Cuando era una persona bastante más alta
me gustaba rescatarte de un desastre seguro.
Nunca te arranqué la vida por placer,
mi monstruo peludo.
Y en la disputa por unas migajas de pan,
me quedaré del todo solo.
El sótano será mío.
Y tú serás el muerto.
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