jueves, 1 de septiembre de 2016

Capítulo 10: Las cosas adquieren proporciones monstruosas

 Lo cierto es que ahora puedo ver el mundo desde otra perspectiva.

Ahora siento de verdad el peso de las cosas.
Los objetos son ahora monstruosos.
Veo al ser humano amenazante, más que como un compañero.
Puedo torcerme el tobillo en cualquier momento, 

al descender del sofá,
al bajar de la cama.
Cualquier gesto de la vida cotidiana es una temeridad.

 Y entre tanto esperar
a que la ciencia encuentre esa antitoxina que evite mi continua pequeñez.


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