Esto no es el cielo.
Sangro.
Tengo apetitos.
Que todas las cosas se hayan desvanecido
y en su lugar aparezca este inmenso manto de yerba,
no quiere decir que ahora sea el inmortal.
Más bien soy el animal,
atravesado por millones de pulsiones.
Ya está, ha aparecido Bambi.
Es la encrucijada,
el lugar entre dos caminos.
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