jueves, 2 de marzo de 2017

Marzo

Escribo tu nombre varias veces, por si acaso fuera mágico,
para dar cierta alegría a mi deseos.
Oh, si me escucharas.

 ¿Y si no fuera el tiempo el causante de todos mis problemas?

Ya sabes, el tiempo, el que me envejece,
en que me enloquece, 
el me impide cerrar obra,

el que me agota.

Si el día tuviera las mil horas, 
se reiría de mí en la cara.
Pues le encanta reirse de los hombres,
antes de arrojarlos a lo más oscuro.

Si el día me entregara las mil horas,
invocaría de nuevo tu auxilio.

Y repetiría tu nombre un millón de veces.









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