Mis vecinos se aburren.
Algunos quieren comer carne,
dicen estar hartos del maná.
Yo les invito al vegetarianismo.
Ellos dicen que han visto a Bambi correteando y saltando en el prado.
Yo les digo que, tras el primer corzo muerto, se iniciará la matanza.
Ellos dicen que quieren talar el bosque,
que les apetece vivir en cabañas de madera unifamiliares.
Tiembla cada uno de los músculos de mi cuerpo, tartamudeo, me falta el aire.
Me levanto.
Tomo la palabra ante la asamblea, y digo:
"Hace una temperatura agradable para pasear desnudo a la intemperie"
Esta es la realidad, pero no convence a nadie.
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