Pensemos.
No perdamos la calma.
Todo se ha evaporado.
nada queda del barrio.
Los prados y bosques se repueblan a sí mismos
La avenida ahora es un rio.
Mis vecinos andan desnudos, enloquecidos.
Creen que ha llegado el desastre.
Se arrodillan .
Pierden clemencia a los dioses.
Los corzos
se acercan a mi lado
y me observan con esos ojazos de vida.
Las pulsiones me siguen atravesando.
Tengo apetitos.
Las locas fuerzas del cosmos mueven cada uno de mis movimientos.
Me resisto a convertir el paraíso en un cementerio.
Yo no seré el primer asesino.
Miro a mi alrededor.
Quizá pudiéramos convertir el paraíso en un comunismo primitivo.
No surgiría de la nada.
Tengo en la memoria el recuerdo de 20.000 años.
Quizá pudiera rescatarse algo.
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