Perpejidad.
Madrid se ha trasfigurado.
Nada queda de las acciones humanas.
Del ingenio.
Solo millones de hombres despertando entra la yerba.
El bosque se repuebla.
Donde antes se encontraba la avenida de la peseta, hay un rio.
Ni un solo edificio en la lejanía.
El miedo nos atraviesa.
Desnudos.
Teniendo, quizá, que empezar todo de nuevo.
Solos.
En cualquier momento podría aparecer una voz cavernosa en el cielo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario