lunes, 27 de marzo de 2017

Recuerdos de Moloch

Qué pena, ¿no?

Cuantos años y horas en el trabajo, y cuando uno escapa de Moloch,
nuestro cuerpo ya pesa demasiado,
si es que no ha muerto.

Apenas se habla de ello,
pero es como si jamás hubiera existido.

Lo primero que caen son los recuerdos, sin duda.

Se disuelve a gran velocidad el pasado.

Miramos atrás.

Y podemos decir, en voz baja,
para no sentir el horror del vacío,
que los tiempos en el vientre de Moloch fueron brumosos. 

Qué absurdo fue todo.

Si es que tienes el valor de decirlo.







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