La cama para diez personas.
Trenes y autobuses circulares, con su diminuta biblioteca,
para pasar el día dando vueltas por la ciudad.
Asientos para el amor.
La semana laboral de 15 horas.
La llegada de Nuestra Señora.
Lo aterrador no es tanto la sed de destrucción,
que también,
si no que no atisbo ni pizca de imaginación.
Y sin embargo, llegará a tropel, inesperadamente.
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