martes, 14 de marzo de 2017

La imagen que devuelve el lugar donde trabajo sobre mí,
es la siguiente:

la de alguien que no existe.

Cómo iba a yo a existir.
¿No os dais cuenta de que mi trabajo se ha disuelto?.
Si es que no me crees, busca en los libros de historia, a ver si lo encuentras.

 ¿Acaso existió el esclavo que murió tras el latigazo vigésimo noveno
ante la mirada de sus ocho hijos,
por haber robado un trozo de pan para ellos?

Ni una sola linea.
Un silencio.
Si acaso ese fuera el eco de las ruinas

Pero todavía estamos a tiempo. 







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