¿Cómo salvaguardarlo?
¿Cómo evitar que el paraíso se convierta en un campo de batalla?
Si Eros se estableciera en estas recién descubiertas tierras,
quizá no fuera preciso el regreso a ese estado de reposo continuo inorgánico.
Invitaría a Thanatos, durante su última noche en la Tierra,
para celebrar su despedida al alba
antes de la llegada de los primeros rayos de Sol.
Y nunca más volveríamos a vernos,
o eso espero.
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